Fiebre
Fecha: 13/09/2020,
Categorías:
Fetichismo
Tabú
Masturbación
Autor: el_amante_anal, Fuente: xHamster
FiebreLa historia que a continuación voy a relatarles ocurrió en una tarde luego de mi separación con Magali, Ella se encontraba a punto de casarse con su nueva pareja, pero por largo tiempo habíamos seguido viéndonos a escondidas de su familia -que estuvo siempre en contra de nuestra relación- y obviamente de su nuevo novio.No podía verla, Ella ya no venía a casa por miedo a que nos descubra su hermana y el cuñado, que viven en mi barrio, y yo no podía buscarla en su casa por razones obvias…Sufría incansablemente el no tenerla. Pero así se habían dado las cosas y lo tome como que fue el precio de mi libertad, tesoro que aún conservo.Ese día me encontraba desesperado, y debo confesar que no he experimentado tamaño nivel de calentura ni aun cuando fui un adolecente, en esa etapa en la que descubrimos el placer que podemos encontrar en nuestro propio cuerpo a través de la masturbación y que se corona con el primer fluido de líquido seminal.No dejaba de pensar por un instante en Magali.Recordaba uno y cada uno de los momentos de lujuria que habíamos vivido juntos, imaginaba sus senos enormes e inmaculados, chocándose uno con otro cuando los unía con sus brazos ofreciéndome su pecho para que acabara luego de un acto de sexo vaginal, con sus pezones rozagantes mirándome y pidiéndome caricias, besos…Pensaba en su cintura, en su espalda, en los momentos en que la tenía en mi cama, a mi lado boca abajo y yo la acariciaba con suavidad, contorneando su figura…Acariciaba con mi mente ...
... el volumen de sus caderas y nalgas a veces bajo su ropa interior, a veces naturalmente desnudas, ofreciéndome el espectáculo de su piel perfecta.Pero sobre todo ansiaba ver su rostro, que recordaba claramente con un mechón de pelo cubriendo apenas sus facciones suaves y sus ojos… Los ojos que tanto decían con solo una mirada, cuando expresaban sus lascivos sentimientos a veces pidiendo ser sodomizada, otras veces advirtiéndome el deseo que también leía en su boca, en sus labios, cuando desviaba la mirada a mi entrepierna…Recostado como me encontraba en mi cama con el televisor encendido sin verlo, con el volumen bajo, y en la penumbra del ocaso ya casi noche.Observaba el bulto de mi pene bajo mis slips, se me antojaba enorme, gigantesco pese a que no tenía una erección, el color beige de su tela me hacía compararlo inconscientemente con una duna en medio del desierto plano de mi pelvis. Había leído que los médanos y las dunas de arena se movían, cambiaban de lugar, se desplazaban, y este también lo hacía… Se movía a un ritmo rápido y sin pausa en un periodo regular, como los latidos constantes de la excitación momentos antes de una penetración o eyaculación.Veía la magnitud del bulto de mi pene aun sin erección pese al increíble deseo, e imaginaba a Magali con ese brillo del mismo deseo en sus ojos, cuando desviaba en su mirada a mi entrepierna, y también leía en los gestos de su boca, cuando mordía -inconscientemente tal vez- su labio inferior, signo inequívoco y advertencia ...