1. El hijo y la hija del conde


    Fecha: 24/09/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... boca hasta casi tocar los huevos con sus labios... Le hizo mil y una filigrana hasta que vio que el futuro conde se iba a correr.
    
    -¿Quieres correrte así, cielito?
    
    -Sí, pero comiéndote el chocho.
    
    Rosana se dio la vuelta para hacer el 69. Le puso el coño en la boca y se la siguió chupando.
    
    Pedro lamía y succionaba el clítoris de su hermana. Metía la punta de la lengua en su cuevita y en su ojete, cuando ella se lo daba... Rosana, sin manos, chupaba el glande de su hermano buscando que se corriera, pero, de repente, dejó de chupar, puso su cabeza sobre una de las piernas de Pedro, y le dijo:
    
    -¡¡Me corro otra vez, alma mía, me corro otra vez!!
    
    El chochito de Rosana al correrse echó jugo suficiente para llenar una copa, y esa copa se la bebió el hermano entre sensuales gemidos y estremecimientos de la hermana.
    
    Al acabar de correrse su hermana, Pedro, la besó. Rosana estaba exhausta.
    
    -Hoy vas a tener que subir tú, yogurín -le dijo Rosana a Pedro.
    
    Pedro la volvió a besar en los labios. Volvió a lamer, chupar y mamar tetas y pezones. Fue bajando. Besó y ...
    ... acarició su ombligo con la punta de la lengua. Llegó al chochito. Besó el clítoris. Le lamió y chupó los labios inferiores. Metió y sacó varias veces la lengua de su cuevita. Hizo lo mismo con el ojete. Pasó la lengua desde el periné hasta el clítoris más de una docena de veces. Por último se detuvo en el clítoris. Lo lamió de abajo arriba, hacia los lados y haciendo el remolino. Sintió de nuevo los gemidos de su hermana.
    
    -¿Subes o te la meto, bomboncito?
    
    -Subo, cari, subo.
    
    Rosana, que ya estaba otra vez caliente como una perra. Cabalgó a su hermano. Tetazas al viento, tetazas que subían y bajaban... hasta que su hermano, con los huevos llenos de flujo vaginal y viendo que su hermana estaba a punto, le dio la vuelta y se puso encima de ella para volver a hacer que se corriera, pero Rosana, esta vez, no quería correrse sola. Al empezar a correrse le metió un dedo en el ojete a su hermano, y Pedro, sin poder evitarlo, le llenó el chochito de leche.
    
    Al terminar, le dijo Pedro a Rosana:
    
    -Buen polvo el de hoy, princesa.
    
    -El de mañana será mejor, príncipe mío.
    
    Kiko. 
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