Mi alumno favorito.
Fecha: 12/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Mi nombre es Manuel, 29 años, actualmente soy entrenador deportivo. Pero la historia que les voy a relatar es de mi último año como profesor de educación física para un colegio americano (un colegio privado para niños ricos, esencialmente). Desde la primera semana del ciclo escolar del 2013 a todos los docentes nos había llamado la atención un nuevo alumno de séptimo grado; de unos 11 o 12 años, piel blanca, delgado, rasgos finos y delicados, con unos grandes ojos negros, cabello color miel en capas hasta los hombros y una actitud muy femenina. Su nombre era Jesús Daniel, y si no fuese porque usaba el uniforme de los niños seguramente todos hubiéramos pensado que se tratase de una niña más. Mientras mis colegas lo veían con una mezcla entre repulsión e indiferencia yo lo veía con curiosidad y deseo. Danny era un chico muy seguro de sí mismo; extrovertido y hablador. Lo note desde la primera clase. Donde un grupo de chicos se burlaban de él por usar el short y no la sudadera en mi clase, ellos hacían comentarios sobre cómo se le marcaba su delicioso culo redondo a través del short. Danny, ante las burlas, de forma pícara se levantó, arqueó un poco la espalda para llamar aún más la atención hacia su culo, con una de sus manos alzó lentamente una de sus nalgas mientras decía “ja! ya quisieran poder probar algo de esto” y acto seguido soltó una risita y se dio una nalgada con la mano que acababa su recorrido. Algunos de los chicos rieron, otros continuaron sus burlas, pero la ...
... gran mayoría se quedó en un confuso silencio, era obvio que ellos también se sentían atraídos por él y como no estarlo con aquella delicia de cuerpo. Conforme fueron avanzando las clases (y los rumores) quedaba claro que Danny no tenía ningún tipo de vergüenza por los temas sexuales, por el contrario sentía mucho orgullo haciendo comentarios sobre lo atractivo de su cuerpo, alardeaba de ser totalmente pasivo, de tener sexo con hombres mayores y no desperdiciaba una oportunidad para actuar sensual y provocativamente para deleite de sus confundidos compañeros. Danny era muy sociable, lo cual me facilito acercarme a él. No tardó mucho en empezar a alagar mi cuerpo y hacer comentarios insinuantes, yo le seguía el juego sin ser demasiado obvio (por muy grande que fuese el colegio uno nunca sabía quién podría estar escuchando). Un par de veces fingió ser lesionado en clase para que lo llevase a mi oficina (detrás del coliseo escolar donde dictaba mis clases) y le diese masajes en sus largas y lampiñas piernas. Él tomaba mi mano y la subía lo más que podía por sus muslos. -si quieres podemos seguir… –decía en un tono lleno de deseo. -No haremos nada –le respondía cortante, no podía arriesgarme a que entrara alguien o nos escucharan, del otro lado de la pared había más de veinte estudiantes. Después de esa vez Danny parecía muy frustrado conmigo, empezó a alejarse de mí. Hasta un día en la hora del almuerzo que lo vi salir de la cafetería, quería hablarle pero debía llevar unos exámenes ...