ROSITA Y CLARITA PARTE III. PLAYA, SOL, ARENA, AMO
Fecha: 29/09/2020,
Categorías:
Anal
Sexo Interracial
Sexo con Maduras
Autor: Angelinno, Fuente: xHamster
... a La Guaira. A estas alturas ya todo el mundo estaba suficientemente tomado y durmiendo menos Carlos quien era el que manejaba, y cuando nosotros estuvimos sentados, y estando seguros que nadie se iba a despertar, tanto la boca de Rosita como la mía se volvieron a juntar y nuestras lenguas y labios a apretarse, a la vez que nos comenzamos mutuamente haciendo un pajazo inolvidable. La entrega ya era total. Ya estábamos al punto de comenzar una noche loca de lujuria, deseo, pasión y desenfreno total. Sin dejar de cruzar nuestras lenguas y con los labios pegados, y sin dejar de pajearnos mutuamente, con una mano metía dos y hasta tres dedos en su ardiente cucharota a la vez que con uno de ellos rozaba mucho su clítoris, mientras que con la otra mano le apretaba sus tetas. Se las sentí tan grandes que mis manos no las podían abarcar y me encantaba que fuese así. Al cabo de unos minutos, luego de que mis dedos entraban y salían de la caliente caverna, sentí que le estaba llegando un enorme orgasmo porque en fracción de segundos, tenía la mano completamente llena de su jugo vaginal y porque me pajeaba con mucha fuerza; parecía querer romperme sin piedad alguna la raja de mi verga de la excitación que ya la tenía dominada.Como recompensa por tan gigantesco orgasmo, tomé con mis manos todo el jugo vaginal posible que salía de ella y me lo llevé a la boca saboreándolo y chupándolo todo, y ella al verlo perdió la noción de sí, estaba poseída por la lujuria y el deseo que era ya ...
... incontenible.Se colocó encima de mí besándome con frenesí y salvajismo. Comenzamos a comernos literalmente y en menos de un minuto fue tanta la lujuria que sentía a Rosita caliente y ya estaba lista para recibir mi mandarria.Mis manos acariciaban y apretaban sus nalgas, a la vez que ella terminaba de aflojar y bajar mi pantalón sin quitármelo, y colocándose encima de mí me agarró fuertemente mi verga para llevársela a la entrada de su cucharota. La lujuria la había vuelto toda una experta y una vez que mi cabeza tocaba la entrada de su caverna, se dejó caer sobre mí y se la clavó de un solo golpe ella solita. A los dos se nos salió un gemido que por fortuna fue ahogado por la música del reproductor que tenia a un volumen considerable. Aunque ya todo el mundo estaba durmiendo y la música fue el impedimento para ahogar nuestros gemidos, ya nada podía impedir que Rosita y yo liberáramos nuestra verdadera identidad sexual.Apenas me daba cuenta de lo que pasaba. No lo podíamos creer. Rosita y yo estábamos desenfrenados haciendo el amor en pleno trayecto de la Autopista Regional del Centro, por segunda vez en la camioneta de Carlos y todavía no habíamos siquiera llegado a Caracas.Nos acercábamos al Hoyo de la Puerta, el peaje principal de la autopista que conduce a la capital, donde seguía el desenfreno y la pasión, ardíamos de placer; pero nos dimos cuenta que la camioneta había llegado al peaje porque Carlos le había bajado el volumen a la música y se dispuso a pagar el peaje, mientras ...