1. Verdaderas amigas - Cap. 3.- Premios y castigos.


    Fecha: 03/10/2020, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... para no correr peligro de que dicho miembro se metiera por mi hendidura “accidentalmente”. Una vez que reposé mi ser sobre los gruesos muslos de Domingo, y piel a piel nuestros cuerpos hicieron por primera vez contacto, por un momento me sentí extraña, como si yo fuera otra persona. Jamás había imaginado, ni en las más íntimas de mis fantasías, estar en una situación como esa. Mis nalgas, descubiertas de prenda alguna, descansaban en los muslos de un total desconocido. Uno que, si lo viera en la calle, jamás se me ocurriría intimar con él.Pero de repente algo raro pasó. Mi trasero se empezó a mover en círculos de manera natural. Como si mi cuerpo respondiera automáticamente a aquella situación. Mis sentaderas se batían oscilatoriamente en un meneo que puso a aquel muchachón súper caliente, y de paso a mí también. Incluso pude sentir que mi vagina se humedecía, como auto-lubricándose para lo que podía venir. Domingo también soltó un poco de líquido pre-eyaculatorio de la punta de su pene. Viscosidad que se me embarró en mis muslos, pues con ellos tenía atrapado el falo del chico.Norma me dio indicación de parar la cosa.—Ya está bien Laura, hasta ahí. Es suficiente.Me levanté, pero el muy impertinente me gritó:—¡No seas manchada! ¡No me dejes así de caliente! Tan siquiera exprímeme la reata, qué no ves que ya no aguanto —dijo Domingo, quien atado a la silla se movía convulsivamente (acongojado, pensé, de seguro por no poder eyacular y así desahogarse).Norma se le acercó y con ...
    ... voz autoritaria espetó:—¡Éste es mi juego! Y yo soy quien impone las reglas, así que guarda silencio y date por satisfecho —le expresó con total dominio.Tras lo dicho, ella me sonrió. Era indudable que gozaba sentirse con el poder de dar o negar placer a cualquiera de esos pobres muchachos.Norma fue la siguiente en brindar una caricia a uno de los chicos, esta vez fue Pepe quien, pasivo, recibió un beso de Norma, pero éste fue justo en la mera puntita del pene. Claro que yo no hubiera hecho algo así. «¿O sí?», para ese momento yo misma me lo preguntaba.Al verla realizar dicha acción, pensé: «De seguro que adivina». Y en efecto, el afortunado muchacho adivinó de quién se trataba. Norma se dispuso a presentar su recompensa. Se puso de espaldas al muchacho con las nalgas justo frente a su rostro.Creí que se sentaría en las piernas del chico, tal como yo lo había hecho, pero no.Norma lo tomó de los cabellos y lo estampó contra sus nalgas. La hendidura atrapó inmediatamente su nariz. Los gajos de carne eran notablemente más grandes que las mejillas del joven, e incluso que toda la cara del indefenso. Quedó así a merced de los rítmicos y rápidos movimientos que inició Norma. Ella batió el trasero como si estuviera bailando sin soltar la cabeza de Pepe.Yo no sabía si eso era un premio o un castigo. Norma tenía una expresión de lujuriosa insaciable en la cara, que mantuvo durante toda la serie de premios y castigos que prosiguió.Cuando aquella etapa llegó a su culmen, los tres chicos, ...