1. Mi vecina Arantxa


    Fecha: 09/10/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... duchas ahí?", le dije, sin ninguna mala intención, "no se que hacer", me dijo, siempre mirando al suelo, insistí un poco y me dijo que bueno, ella entró en su casa, que no había nadie, ya que su hija estaba en casa de la madre de Arantxa y el marido, solo él sabía donde estaba. Al rato escucho el timbre de casa y era ella, envuelta en una bata, de chanclas y una ropa para cambiarse, entra en el baño y yo me fijé que tenía en la despensa, agarré algo y lo puse en una bolsa para dárselo a ella. "que delicia de baño me di, muchas gracias, me hacía falta", me dijo, pasando una toalla por su pelo mojado, "Sebastian, podría lavar esta ropa en tu lava ropas?", me pidió con su atado de ropa, que pensé que era para cambiarse, le dije que si, y ella se dispuso a lavar su ropa, le dije lo que le había separado, y sus ojos se llenaron de lagrimas. "Pintura para las uñas no te ofrezco porque no tengo", le dije riendo, viendo las uñas de sus manos y sus pies con restos de hacía bastante tiempo. Me gustó que se riera con la tontería que le dije, "pero si quieres un masaje en los pies, te lo puedo hacer encantado", le dije, "que vergüenza", me dijo, cuando le agarre un pie y se lo empecé a hacer el masaje. Arantxa se recostó sobre el sillón, donde se le abrió un poco la bata, dejando ver hasta bastante mas arriba de las rodillas. Yo seguí masajeando sus pies y en la postura que estaba, si se le abría un poco mas la bata se le iba a ver la concha. "Me haces sentir tan relajada Sebastian", me ...
    ... dijo, y no se si lo hizo sin querer o queriendo, que movió sus piernas, haciendo que su bata se abra y le vea la concha, que en una época bastante lejana se notaba que la llevaba bien depilada, ya que tenía el bello púbico creciendo, pero igual, me pareció una hermosa concha, yo no sabía que hacer, le miraba la concha y sentía como mi pija se iba poniendo dura. Yo me tiro al agua a ver que pasa, me dije a mi mismo, "que hermoso pie que tenes", le dije, levantando su pie y me lo metí en la boca, haciendo con este movimiento que se le destape toda la concha, "hay Sebastian, no, que los tengo horribles", me dijo, pero no hizo nada por taparse y se dio cuenta que estaba con la concha al aire, "son una delicia", le dije pasando mi lengua por entre sus dedo y mi mano empezó a subir por su pierna, llegando a los bellos púbicos, "no Sebastian, no, por favor", me decía, pero no sacaba su pie de mi boca ni mi mano de su concha. Yo deje de lamer su pie y le abrí las piernas, arrodillándome en el suelo y le empecé a chupar la concha, "no, no seas loco", me decía acariciando mi cabeza y gimiendo a medida que le chupaba y le lamía el clítoris. A medida que jugaba con mi lengua en su concha le fui metiendo el dedo, estaba empapada, le abrí la bata y sin dejar de chupar su concha le empecé a acariciar las tetas, "por que, por que me haces esto?", me decía, agarrando mis manos y sobando sus tetas conmigo. Escuchaba sus gemidos, como movía su cuerpo. Yo dejé de acariciar sus tetas y me bajé el ...