Con mi doctora. La segunda vez con una mujer.
Fecha: 14/10/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: natiorosco, Fuente: SexoSinTabues
... silencio me metí entre sus piernas y acercando mi boca a su conejo comencé a lamerlo lenta muy lentamente. Su sabor no se comparaba nada con el de Andrea, este era más dulce, más fuerte pero sabroso. Mónica comenzó a gemir, al tiempo que sus fluidos (un poco más ásperos, pero igualmente sabrosos) se deslizaban hasta mi boca con cada paso de mi lengua. Minutos más tarde, Mónica bajo su pierna, la mire y poniéndome de pie la tome por la cintura para besar sus rojos labios al tiempo que mis manos llegaban hasta sus nalgas. Mónica separo sus labios y mirándome fijo comento: Tengo algo para vos. Qué es? pregunte curiosa. Ya veras, respondió, llenándome de la mano a otro lugar de su oficina donde había un sofá adornado con almohadones. Nos sentamos en el sofá, y metiendo su mano por debajo de un almohadón saco un juguete de goma largo en forma de pene y un frasco de vaselina liquida. Mire el juguete, era un consolador doble, lo había visto en películas con mi tío, su color era claro no tan grueso. Dejo caer un chorro de lubricante sobre la punta y acercándolo a mi vaginita lo metió suavemente, para después meterse ella la otra; para luego comenzar a devorarnos los labios y pezones, al vaivén de nuestras caderas. Estábamos mojadas, no solo en sudor sino también por los flujos que brotaban de nuestros conejos. Mónica se fue tirando hacia atrás hasta quedar recostada en el sofá, yo que había comprendido el movimiento la acompañe hasta quedar montada sobre ella, unidas solo por el ...
... consolador que como una extensión de nuestros cuerpos que salía de mi vagina para meterse en la suya. Mónica miro mis ojos y en silencio retiro el juguete, y pegando nuestros sexos comenzamos a frotarlos, los nacientes vellos de mi conchita estaban mojados no se so por mis jugos o por los de ella. Comenzamos a masturbarnos, nuestros dedos entraban y salían frenéticamente, acompañados de gemidos de placer. De repente al mismo tiempo, comenzamos a temblar yo podía sentir como los músculos de su vagina se contraían alrededor de mis dos dedos que Mónica tenia adentro, gemíamos nos apretábamos fuertemente la única mano libre que teníamos, estábamos por terminar, estábamos por terminar juntas (eso creí) pero de pronto Mónica saco su dedo (dejándome con ganas) y levantando sus caderas dejo salir sus flujos que mojaron mi pecho. Ay, Sandra me hiciste terminar como una yegua, dijo recostándose. Me alegro porque yo no, exclame frustrada. Ay amor perdóname, dijo sentándose para besar mis labios. Me miro una sonrisa pícara se dibujó en su rostro, volvimos a besarnos me recostó en el sofá, de repente como por arte de magia en su mano apareció otro de sus juguetes, también de goma, pero de color rosado y grueso, lentamente lo deslizo por mi cuerpo hasta llegar a mi conejo, para comenzar a abrirse paso entre mis labios vaginales. Mónica sin dejar de mirarme a los ojos pregunto: Estas lista? No respondí, no entendí, y mientras ella metía y sacaba su juguete escuche solo un clic; y el juguete ...