Con Mi Hermana Dormida
Fecha: 15/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Primero me presentaré, soy un joven de 25 años, mido 1,70m, delgado y deportista. Mi hermana es una chica de 23, muy bonita y con un cuerpazo, 1,56m de altura, con un culo bien parado y un par de tetas que invitan al pecado. Siempre fue motivo de mis pajas de chico, fue una de mis fantasías imposibles desde los 15 años, el motivo más grande de mis peleas en el pueblo de donde somos y una de las personas más importantes en mi vida porque es mi mejor amiga, a demás de mi hermana. Siempre fuimos muy unidos y compartimos todas nuestras preocupaciones y alegrías. Pero vamos al relato. Era una noche de verano en capital federal, Argentina. Yo estaba en el departamento que alquilamos en esta ciudad, estudiando para preparar finales de mi carrera universitaria. Ella había salido con unas amigas a bailar y a las 5 am todavía no había regresado. Mi hermana sabe cuidarse sola pero por lo general volvía más temprano, así que estaba preocupado por ella. 5:30 empezó a llover. Los truenos y la lluvia en la ventana no me dejaban concentrar en lo que tenía que hacer y el hecho de que mi hermana no estuviera en casa me seguía preocupando. La llame al celular. Nada. Intenté comunicarme con ella varias veces pero sin ningún cambio. Llamé a una de sus amigas y me dijo algo que me preocupó más todavía, hacía unos 10 minutos la habían dejado en el hall del edificio donde vivimos. Me dijo que estaba borracha pero le sorprendió que no hubiese podido llegar sola al departamento. Yo corté y bajé ...
... corriendo los 4 pisos desde el dpto hasta la planta baja y ahi estaba, Pau sentada contra una pared, empapada de pies a cabeza y murmurando algo que no se entendía. Me acerqué a ella y cuando me vio se le iluminó la cara, puso una sonrisa en esos labios delicados, se levantó como pudo y se abrazó a mi como un koala como hacía cuando era chica. Estaba helada por la lluvia. Yo pedí el ascensor como pude y subí con ella abrazada a mi hasta el 4to piso. Entré al depto y la recosté en un futón que tenemos en la sala a modo de sillón/cama. Fui a buscar un toallón para ayudarla a secarse y le fui hablando suavemente para que se fuera sacando la ropa mojada. Ella, siempre con una sonrisa en los labios, se iba quitando la ropa con movimientos torpes. Cada prenda que se quitaba, yo la recogía y la llevaba a la lavadora. Cuando quedó en ropa interior le sequé todo el cuerpo para que no se enfermara, ella se reía como si tuviera cosquillas. Le traje una manta, la tapé y le dije que iba a buscar ropa interior seca a su habitación. Fui y comencé a buscar entre sus cajones. Enseguida encontré unas bragas y luego busqué una de esas remeras largas que Paula siempre usaba para dormir porque sabía que no usaba sostén cuando dormía. Agarré todo y volví a la sala. Ella estaba dormida y la ropa interior mojada estaba en el suelo al lado del futón. Tomé la ropa y la llevé a la lavadora sin pensar, y cuando la deposité en el interior de la máquina me di cuenta de que mi hermana estaba completamente ...