El Campamento - Parte 2
Fecha: 15/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... pesar de no tener una figura marcada y formada, su contextura regordeta lo hacía ver muy apetecible. Sus piernas gruesas y su trasero grande empezaron a llamar mucho mi atención mientras se paseaba buscando su ropa.
Entonces de un momento a otro, Pablo se quitó la toalla y dejó al aire libre sus nalgas, a sólo unos metros de distancia de donde me encontraba echado, dándome una buena oportunidad para observarlas de cerca.
Aquel par de nalgas se veían mucho mejor al aire libre, sin nada que las cubriera.
Pablo no parecía tener ni un solo pelo en su trasero, a pesar de que era algo velludo en sus piernas y brazos. El color rosado de su piel lo hacía ver muy atractivo y la redondez de sus cachetes me resultaban increíblemente seductores… tal vez yo no era totalmente pasivo como pensaba.
―¿No has visto mi short negro? ―preguntó de pronto, sacándome de mis fantasías.
― ¿Ah?... No, no lo he visto ―contesté, desviando la mirada de inmediato.
― ¿Me ayudas a buscarlo por fa?
―Sí, claro ―contesté, sintiéndome algo nervioso de acercarme a él con ese par de nalgas al aire libre.
Ambos empezamos a rebuscar entre sus cosas en busca de su famoso short negro, o al menos él lo hacía, yo tan solo me dedicaba a levantar cosas y darle rápidas miradas a aquel hermoso trasero.
―Vaya sí que eres potón, Pablo ―dije sin pensarlo, tratando de sacar un poco la tensión que llevaba dentro, ―. Cualquier flaca queda chica a lado tuyo.
―Ya ya, no me hagas hora ―contestó él, ...
... sonrojándose un poco.
―Si fueras flaca, tendrías un montón de chicos detrás de ti ―continué, sin saber exactamente qué era lo que intentaba hacer.
―Tampoco es para tanto ―dijo entre risas.
―No, en serio. Ya quisiera yo comerme una flaca con un culo como el tuyo…
Pablo se volvió a verme, pero no se veía molesto por mi comentario, al contrario, parecía que le había gustado.
No estaba seguro de lo que estaba haciendo, pero me excitaba.
―Vamos… de que hablas, yo soy gordo… tú tienes un cuerpo perfecto. Puedes tener a la flaca que desees.
Me sorprendió un poco el cumplido de Pablo, pero me agradó escuchar que le gustaba. Las cosas parecían estar yendo por buen camino.
―No estas gordo, así es tu contextura… a mí me parece que estas bastante bien, y con el culo que te manejas seducirías a cualquiera.
Entonces Pablo se volvió nuevamente hacia mí y me quedó mirando fijamente, con un brillo diferente en sus ojos.
―¿Te gusta? ―preguntó nervioso, mirando de reojo la puerta de la cabaña, como si temiera que alguien entrara.
Allí estaba mi oportunidad. La expresión tímida en el rostro de Pablo me indicaba que estaba nervioso, que quería llegar a algo más pero no se atrevía.
Sin titubear dejé la ropa que tenía en mis manos y me volví completamente hacia él.
―Me encanta… Tienes un culo muy bueno ―respondí, y sonreí ligeramente.
Entonces Pablo recorrió el espacio que nos separaba con dos pasos y me plantó un beso en los labios que me tomó desprevenido, ...