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Desvirgando a mis hijas
Fecha: 22/10/2020, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Todo empezó un día en que mi esposa, mis hijas y yo nos fuimos de vacaciones a la playa, en ese tiempo mi hija Karla contaba con 13 y Andrea con 15 y siempre las había visto con ojos de padre, sobre todo a Karla hasta esas vacaciones. Resulta que nos habíamos quedado los cuatro en la misma habitación y pues ya era hora de bajar a darnos un chapuzón, por lo que tanto mi esposa como mis hijas se pusieron sus trajes de baño. Fue un espectáculo increíble y a la vez contrastante, mi esposa con su traje de baño parecía una ballena lo cual a mi físicamente me daba repugnancia, pero mi hija Karla, cielo santo que bárbara, a sus 13 años y con ese diminuto bikini se veía que era toda una mujer, su cintura delgada, sus senos redondos y visiblemente duros como dos manzanas, unas piernas duras y un culito redondo, carnoso y acogedor, su pelo negro y bien cuidado y su olor a juventud e inocencia hicieron que tuviera una erección que de inmediato. Mi esposa Raquel protestó: -Niña ni creas que vas a bajar con ese atuendo, todos se te van a quedar viendo. -Hay mamá no seas anticuada, a sí es como se usan ahora. -Raquel déjala ya, si a sí quiere salir pues ese es su problema- le dije. -Gracias papi, tu si que me comprendes. Bajamos los cuatro a la piscina. Yo no sé que me estaba ocurriendo, pero no podía quitarle la mirada a mi hija, no podía creer que tuviera a una mujer a si a mi lado y no poder hacer absolutamente nada, ...
... por lo que me dije que al menos si no podría hacer nada me contentaría con mirarla. A sí estuvimos en la piscina y después en la playa, nos fuimos a comer y después de comer mi esposa y mi hija Andrea me dijeron que estaban cansadas y debido a la comida querían irse a acostar un rato, por lo que nos quedamos solos Karlita y yo. -Papi tengo ganas de darme un ultimo chapuzón en la piscina me acompañas? -Claro linda, vamos. A sí pues me metí a la piscina con mi hija, nos empezamos a arrojar agua a bromear y yo aprovechaba para de vez en cuando acercarme a ella y abrazarla cariñosamente, lo que sentía era indescriptible, todo su cuerpo era firme y duro, nada blando como el cuerpo de mi esposa, accidentalmente tocaba sus senos y sus nalguitas y cada vez estaba mas excitado por lo que cuando ella se salió, yo le dije que quería quedarme un rato mas; esto claro fue una excusa para que se me bajar mi calentura. Esa noche afortunadamente mi esposa estaba ya tan cansada y dormida al igual que mis hijas que aproveché para hacerme la paja más grande de mi vida. Después de esas vacaciones ya no podía pensar en otra cosa mas que en cogerme a mi hija. Para esto les contaré que tengo un amigo en el trabajo que se llama Pedro y que nos conocemos desde la universidad, incluso podríamos decir que es mi confidente. Un día después de unas copas que me estaba tomando con él en un bar le confesé mis deseos de acostarme con mi ...