Casi una hija. Solo por atrás
Fecha: 27/10/2020,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
Tendemos a pensar que somos un caso aislado, que nos sucede solo a nosotros, pero me parece que no es tan así, que no somos una isla.
Esta historia, tal vez sea la de otros muchos, pero cómo saberlo si no lo cuento, por ello me decidí a relatarlo y es posible que con la lectura de mi testimonio tenga rebote en otros que transiten por algo similar y poder compartir esto que me ha sucedido. Seré tan objetivo como pueda, contarlo es revivir los sucesos y las emociones muchas veces nos traicionan, también influye que los hechos aún están latiendo en carne viva de quienes hemos transitado este delicioso momento de pecado y lujuria, del que no me arrepiento y más aún quiero volver a sentir las llamas del ese infierno erótico y sensual.
Los hechos se desarrollaron en el seno de una familia clase media, tranqui, mi esposa y yo andamos por los cincuenta, mucho tiempo de matrimonio hacen que la sexualidad marital pase de rutina a una circunstancia más espaciada y anodina, de tal modo que la satisfacción es necesario buscarla fuera del lecho conyugal. Me gusta el sexo y cuando el matrimonio se prolonga tanto no es el mejor ámbito para el disfrute, no me faltan recursos para conseguirlo ni ganas para disfrutarlo, soy cazador nato, que sin proponérselo está como al acecho donde se puede conseguir una buena presa para compartir el disfrute de la carne, cuanto más joven, cuanto mejor, como dice un compinche de andanzas “tigre viejo carne tierna”.
Más de treinta años de casado son ...
... muchos, nuestro sobrino, casi un hijo apenas supera los treinta, Amalia veintitrés vibrantes años, su pareja actual.
Somos abiertos y “agiornados”, “open mind” que le dicen, Luis trabaja en informática, Amalia estudia arte y teatro. He sabido por mi esposa que la pareja está en una “impasse”, seguramente problemas de adaptación de pareja o cosas por el estilo, la convivencia no es algo fácil, sabemos que luego de un noviazgo fugaz y casamiento hasta sorpresivo que me hizo sospechar “motivos de apuro”, que luego fueron nada.
Poco tiempo más tarde sabría que Amalia, Ella está enterada de las andanzas de Luis (de tal palo tal sobrino), en una relación infiel con la ex, según le confidenció a mi mujer.
Suelen venir a compartir el asado dominguero, usual en Argentina, bueno como decía luego de un sabroso almuerzo regado con buen y abundante vino deviene la sobremesa de esas que requieren tenderse en las reposeras para una reparadora siesta.
Había transcurrido un buen tiempo cuando noté que estábamos solos en la casa con Amalia, me levanté para preparar mate (infusión típica, volví con los elementos y comencé a cebar mate para los dos. Esta costumbre produce el acercamiento de las personas, máxime cuando son solo dos, se produce ese acercamiento casi intimista de compartir el pase de mano del “mate” y también de comentarios o confidencias que exceden la cotidianeidad, como se dio en esta situación, que sin buscarlo, o tal vez inconscientemente buscado, no internamos en ...