Renace el harem (Capítulo 11) - Relatos Eróticos

Renace el harem (Capítulo 11)

Las dos familias que habían sido esclavizadas y echadas de sus casas por su Alteza ahora tenían que servir de perras precisamente en las que hasta el día anterior aun fueron sus propias casas y no solo eso, sino que ahora lo más seguro es que tendrían que dejarse manosear por los clientes y evitar que llegaran quejas a oídos de su recientemente dueña.

Llegaron las esclavas correspondientes a sus antiguos hogares donde tuvieron que desnudarse por completo, ya que debían dejar como un espejo sus ex casas para cuando llegaran las clientas de su Ama y no querían tener sus uniformes todos sucios y apestando a sudor generado por el ejercicio de asear toda la casa desde los techos hasta los pisos.

Cada una de las esclavas se asignó una tarea para tener todo limpio para antes de que empezaran el evento, les diera tiempo de bañarse y no apestar en la reunión e incomodar a los clientes, no fuera que se quejaran con su Ama y fueran seriamente reprendidas.

Terminaron sus tareas y se arreglaron para recibir a los visitantes y darles el trato digno que solo su Majestad exige de sus perras y dar una buena imagen al negocio recién nacido. Faltando solo diez minutos para dar comienzo el evento las perras ya estaban listas, solo estaban a la espera de la llegada de las mujeres para atenderlas como se merecían.

Despedida de soltera

Empezaron a llegar los invitados y las perras con suma cortesía y educación fuero recibiéndoles los abrigos y ofreciéndoles un aperitivo. Ya que ...

... los invitados eran amigas de su Majestad ellas estaban enteradas de que las mujeres que la recibían estaban esclavizadas, por lo que al preguntarles si deseaban alguna bebida ellas respondieron ¿acaso esa es la educación que su Ama les dio, no querrán que nos quejemos con ella verdad? Las perras al instante se arrodillaron y besaron los pies de todas las presentes. Las invitadas mofándose dijeron “muy bien, ya ven que distinta manera de recibir invitados”.

En cada casa la situación fue similar, los invitados llegaban y les recibían lamiéndoles los pies para después servirles los aperitivos para después servirles como esclavas y meseras. En la fiesta de la despedida de solteras, las invitadas les ordenaron a las perras desnudarse y darles un buen espectáculo lésbico, ellas se desnudaron y empezaron a realizar todo tipo de acciones totalmente humillantes, hasta como perritas tuvieron que actuar, solo para complacer a las amigas de su Majestad y evitar así un castigo ejemplar.

Una vez terminada la humillación como animales ellas creyeron que hasta ahí terminaba su actuación, sin embargo no fue así, esa sería una larga reunión ya que después les ordenaron servir las bebidas y algunos bocadillos, sin embargo al ser las invitadas lesbianas y bisexuales ordenaron a las perras se quitaran en su totalidad la ropa y que de esa manera les sirvieran la comida, de esa manera mientras ellas hacían de meseras, las invitadas podían pellizcarle o manosearles sus carnes.

Las esclavas ...