-
Lorena, una relación que me dejó marca
Fecha: 03/11/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... noche decidí tomar un par de cervezas con otros compañeros y conocer aquellas fiestas. Estuvimos en un par de locales bebiendo tranquilos. A eso de la 1,30 de la noche me fui para mi casa. Quería salir al día siguiente para Sevilla y no me vendría mal un descanso. Cuando estaba cerca de mi casa me crucé con ella, aunque al principio no la reconocí. Era una calle cercana a mi casa, y yo iba con la cabeza sumergida en el móvil. Me crucé con alguien y al hacerlo escuché un sollozo. Me quedé parado y me giré. Escuché que sí, que la persona con la que me había cruzado iba llorando. Era una chica joven. -Perdona -dije de forma automática – ¿te pasa algo? Ella se giró. Y pude comprobar con sorpresa como era Lorena. Tenía las mejillas surcadas de lágrimas y pintadas con la pintura de los ojos que se había corrido. Los ojos rojizos de llorar. Algún mechón de oscuro pelo suelto. Y temblaba. Di unos pasos hacia ella. -¿Lorena? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? Ella se sorprendió de verme allí e intentó quitarle hierro al asunto. -Hola… no te… preocupes... no pasa nada. Una tontería. De verdad. No pasa nada. Y se giró para irse. Me salió de algún sitio, no sé, pero la agarré del brazo. -No parece que estés bien Qué te…? Rompió a llorar. Balbuceaba. Las lágrimas eran un reguero en su cara. Y volvía a temblar. La llevé a unas escaleras cercanas que había allí, que daban acceso a una pequeña placita que estaba en alto. La senté y quedándome yo más ...
... abajo, le cogí la cara con mis manos y la hice que me mirara. El llanto era desconsolado. -Mírame. Respira. Tranquilízate sea lo que sea que te pase. En serio. Mírame a los ojos. Ella lo intentaba. Pero lloraba y lloraba. Me senté junto a ella preguntándole que si podía hacer algo por ella. Me dijo que no. Y yo le dije que, de todas formas, me quedaría allí con ella. Minutos después empezó a relajarse y me contó, todavía entre lloros y balbuceos, que se había peleado con el novio y que éste le había dicho de todo. No sé la causa y no se la pregunté. Sólo le dije que pasara del tema, que quizás lo estaba llevando al extremo y que, en todo caso, no merecía la pena. Me dijo que eso era seguro, que no merecía la pena. Y allí nos quedamos un rato más. Iniciamos una charla diferente. Afortunadamente empezaba a ser, de nuevo, la chica inteligente de siempre. Y si, entre charla y charla, entre palabras y palabras y alguna risa nos liamos a besos en la escalera. De allí nos fuimos a la casa, que, como dije, estaba sola para mi. Ella era más baja que yo. Ojos oscuros. Pelo oscuro recogido en una cola y con una pequeña trenza enmarcándole un lado de la cara. Ni gorda ni delgada. Con una tetas algo grandes quizá para su tamaño. Buenas piernas y un culo de su edad. En los días siguientes me arrepentí de haberme liado con ella. Por su edad y por más cosas que luego contaré. Pero en aquel momento sólo podía pensar en follarla. Sólo cerrar la puerta de la casa nos ...