Mi hijo, el amante de su madre ( 1 )
Fecha: 07/11/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: belcebup2, Fuente: SexoSinTabues
... dental, corpiños y saltos de cama semitransparentes bordados y con detalles de encajes. La fui convenciendo de que a pesar de no tener relaciones sexuales conmigo, ella seguía siendo una mujer fina y muy femenina y tenía que sentirse bien con ella misma, por lo que debía volver a usar entre casa o cuando saliera la ropa que le estaba regalando, como ser, faldas minifalda y ajustadas al cuerpo, blusas bien escotadas, portaligas y sus respectivas medias, y sus habituales zapatos de taco bien alto (8cm) que destacaban sus espléndidas piernas. Lo que más le resalté, fue el de reanudar el uso de los maravillosos saltos de cama, que empleaba por la mañana cuando se levantaba de dormir y nos servía el desayuno. Este hecho permitiría descubrir y apreciar a mi hijo la grandiosa hembra que tenía en casa, pues el largo de la prenda apenas le cubría sus nalguitas, exponiendo como complemento ese par de esculturales piernas. Cuando ella usaba este tipo de indumentaria, Mario era muy chico como para mirar a su madre como una hembra lista para cogérsela. Me costo bastante superar esta etapa, pero en ella me ayudo mucho Mario sin saber hacia donde yo estaba apuntando mis cañones, diciéndole que era una estupidez estar encerrada todo el día y andar vestida como una monja, con lo linda que era y que volviendo a su antigua forma de ser, iba a mejorar su carácter y como consecuencia a tener menos discusiones conmigo por estupideces. Todavía empezó a apoyar más el cambio, cuando ella al ...
... comenzar sus atuendos empezó a mostrar la calidad de la mercadería que poseía, y que era un halago a los ojos poder contemplar y querer inconscientemente empezar a disfrutar. Poco a poco Nancy volvió a su aspecto exterior anterior con sus antiguas rutinas de vestirse y de actuar. El tipo de ropa que le iba comprando, fue siendo cada ves más erótica y provocativa. En muchas oportunidades, pude observar que los ojos de Mario no podían apartarse de la exhibición de los senos de la madre cuando esta se inclinaba para servir en la mesa, y no digamos cuando esta mostraba generosamente una buena porción de su culo, como consecuencia del tipo de tanga y salto de cama que usaba, cuando lo empinaba para recoger algo del piso o de algún cajón bajo, pues ella siempre se agacha sin flexionar las rodillas y la ropa en ese caso casi no tapaba prácticamente nada. El lavado de cerebro de Nancy fue realizado despacito pero continuamente, bombardeándola con información sobre relaciones incestuosas, justificándolas y dando como ejemplos la historia de dos casos cercanos de amigos de la familia, en los cuales la madre mantuvo relaciones sexuales con su hijo y que posteriormente estos habían tomado en matrimonio a dos hermosas mujeres, sin que fueran afectados ni moralmente, ni sicológicamente por su relación sexual previa con sus respectivas madres. Este último tema se había hecho casi cotidiano en nuestras conversaciones. Cuando podía, aprovechando cualquier situación, le relataba historias ...