Desafío de galaxias (capitulo 46)
Fecha: 10/11/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... totalmente agotada y se retiró a su camarote sin pasar por el centro de mando, algo inaudito en ella, mientras Anahis ultimaba algunos asuntos. Cuándo esta llegó al camarote, Marisol ya se había duchado, y desnuda, estaba recostada en su sofá preferido ante el ventanal.
—¿Ya te has duchado mi amor? —la preguntó con una sonrisa.
—Si. Yo ya estoy.
—Me ducho y me arrojo en tus brazos.
—Con lo cansada que estoy seré yo quien se arroje en los tuyos, mi amor.
—Eso no es problema, —dijo riendo y se fue a duchar. Unos minutos después, apareció desnuda, con dos copas de vino español en las manos y se sentó junto a ella.
—Te advierto de que ya estoy lo suficientemente borracha.
—Has bebido como una bestia, te bebías todo lo que te daban, —dijo mientras con la cola la acariciaba las piernas.
—Nena, no podía decir que no, compréndelo.
—Si lo comprendo, pero cuándo te has bebido esa cosa marrón que te dieron y vi la cara que pusiste, se me erizó hasta la cola. Y eso que a ti te gustan los licores fuertes.
—A si, me acuerdo, que cosa tan horrible, me quede hasta sin aire, no fui capaz de identificarlo, ni quiero, la verdad.
—¿Y lo que has comido? Mira que tripón se te ha puesto, —dijo Anahis riendo mientras pasaba la mano por su tripa.
—Es verdad, parezco una boa, —respondió riendo—. Cuándo mañana vaya al baño voy a echar una plasta de elefante.
—En algún momento la cosa ha estado complicada: estábamos muy preocupados.
—No exageres nena, yo no ...
... he visto ningún peligro.
—Díselo a tus escoltas, que ahora mismo están todos en la enfermería.
—¡No jodas! ¿Pero…?
—No te preocupes, que no es nada grave: magulladuras, arañazos, y la teniente Martínez, un ojo morado. Incluso a mí, uno, me han dado un tirón de la cola para hacerse sitio.
—¿Qué te han tirado de la cola? —preguntó Marisol cogiéndola con la mano y acariciándola—. ¡Sana, sana, colita de rana, si no sanas hoy, sanaras mañana!
—¿Qué cojones estás cantando?
—Una cancioncilla de la Tierra que le cantan las madres a sus hijos cuándo se hacen pupa.
—Yo no soy una niña pequeña.
—Por fortuna, porque a mí me gustan las mujeres, no las niñatas, —y se abalanzó sobre ella buscando sus labios.
—¿No estabas muy cansada?
—Para ti, nunca.
El vórtice se abrió en las coordenadas previstas dentro de la zona preparada por las defensas federales. El República y su flota, emergieron de él, e inmediatamente, comenzaron a recibir disparos desde las fragatas enemigas, pero con escaso efecto debido a la distancia. Para cubrirlas, mientras se retiraban hacia una zona más segura, las defensas automáticas intensificaron el fuego de cobertura contra el enemigo. Instantes después, con la flota ya junto al portal, Bertil y Aurre se reunieron con Esteban a bordo del Ares. Su reencuentro fue muy caluroso: con Bertil se abrazó y a Aurre, además, la dio dos besos como buen español.
—¿Hay alguna novedad o seguimos con lo previsto? —preguntó Bertil.
—Todo sigue ...