WENDY Y LOS 20 000 PESOS (2dA Parte)
Fecha: 13/11/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... método y le advertí a doña Laura que lo utilizara lo menos posible o que de plano no lo usara Y como ya lo habrán notado, yo vivía prácticamente recluida en la casa de doña Laura, Wendy era sumamente demandante y casi no me dejaba tiempo para socializar ni hacer nuevos amigos, con mi recién estrenada homosexualidad intenté darme un tiempo para mí, no sé, conocer nuevas personas y quizá una nueva pareja, pero algo andaba mal, si se suponía que yo ya era lesbiana, ¿Por qué no me atraía ninguna otra chica? En Celaya había guapísimas, mujeres de tremendos culos o enormes tetas, ¿Qué onda conmigo entonces? Descubrí que seguía viendo guapos a los chicos, pero decidí darle otra oportunidad a la lesbiana en mi interior y fui a un bar (no era bar gay, porque no hay de esos en Celaya) que yo sabía que aunque era un bar normal, ciertos días de la semana era frecuentado casi en su totalidad por lesbianas y homosexuales, fue un desastre, resulté ser una total pendeja para ligar con otras mujeres, al principio ninguna me fumaba, pero tampoco ninguna me atrajo, solo se me acercó una marimacho ruda y muy agresiva, me llevó a su auto y empezamos a besarnos, no me excité ni sentí nada y casi sin quererlo deseé que la machorra tuviera pene, total no quiero extenderme en ese patético incidente, solo diré que la lesbiana perdió la paciencia y me echó a empujones de su auto, me reí de mi misma, era un total fracaso, como mujer, como lesbiana, como enfermera, como amante, como puta, en fin, ¿Qué ...
... más podía pasarme? La respuesta no tardó en llegar, tal vez socializar no era lo mío, con Wendy todo era muy fácil, no me exigía nada, tomaba lo que yo le daba sin condiciones, poco a poco le enseñé a lamerme la concha adecuadamente, yo sabía que le fascinaba mi vagina pero casi no dejaba que me la mamara porque le encantaba morderla, también le enseñé como debía masajearme el clítoris, nuestros encuentros sexuales se hicieron cada vez más largos y coordinados, Wendy poco a poco dejó de ser tan ansiosa e impulsiva para volverse una amante mas paciente y calculadora, no sé que tanto afectaba mi autoestima haberme convertido en la amante de una síndrome de down, tenía que aceptar el hecho de que una chica discapacitada era mi pareja y para colmo, en esa relación ella era el macho y yo la hembra, realmente yo era su mujer, nunca en mi vida lo hubiese esperado, terminábamos haciendo el 69, yo encima por supuesto, Wendy eyaculaba, se quedaba dormida como era su costumbre, yo la cobijaba y salía de su habitación, ésa era la rutina Pero no todo estaba escrito en esa casa endemoniada, lo más duro y difícil en mi etapa lésbica estaba por comenzar, ya que una tarde después de hacer el amor con Wendy, escuché que alguien me llamaba discretamente, me asusté pero inmediatamente me di cuenta que quien me llamaba era Rosa, la señora que muy de vez en cuando iba a limpiar ciertas áreas de la casa, honestamente casi me había olvidado de ella, yo no la tomaba en cuenta porque la mujer era tan ...