La mirada perdida del ángel
Fecha: 18/11/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: CalmaSola, Fuente: CuentoRelatos
... acariciar su espalda, ella notó que no tenía alas. Miró al cuadro y vio que el no estaba allí, pero sus alas si. Él supo que estaba pensando ella.
No puedo encarnarme con mis alas. Ahora no soy un ángel. Soy un hombre. El cuerpo completo de un hombre y los deseos de un hombre...
La besó. Con pasión, como si quisiera devorarla...
Ella le respondió. Llevaba tanto tiempo deseando que el sueño se hiciese real...
Sus lenguas se encontraron y jugaron. Las manos de cada uno exploraban el cuerpo del otro sin pudor, llegando a las zonas más intimas y placenteras.
El vestido de ella y la túnica de él, cayeron al suelo.
Él tomo sus pechos con las manos y los acarició mientras su lengua se deslizaba por el cuello de la joven. Tomó los pezones entre sus dedos y los pellizcó suavemente haciendo que ella emitiese pequeños jadeos de placer.
Ella le correspondió rozando con sus uñas el torso, bajando hasta el vientre plano para llegar después hasta las ingles, las cuales acarició con las yemas de los dedos una y otra vez de arriba a abajo y viceversa.
El miembro de él se apretaba contra el pubis de ella e intentaba meterse entre sus piernas. Él puso la mano en la entrepierna de ella haciendo que separase un poco los muslos, así su verga se coló en la húmeda rajita, frotándose con aquella parte tan sensible al placer.
Querían unirse ya. Ambos estaban hambrientos...
Él la cogió en brazos y arrodillándose la tumbó sobre el frío suelo de piedra...
Ella abrió las ...
... piernas al tiempo que él se situaba entre ellas. Guió su miembro hacia la virgen entrada que ya estaba preparada para recibirle.
El himen se rompió sin dolor. Apenas un leve hilillo de sangre y después todo placer producidas por las lentas y profundas penetraciones, que poco a poco se iban haciendo más rápidas.
De repente él salió de ella y se apartó poniéndose a su izquierda, la volteó poniéndola bocabajo. Separó sus piernas sujetándola por su rodillas y la agarró por las caderas levantándola un poco. Entonces volvió a penetrarla, esta vez con fuerza y comenzó a bombear con movimientos rápidos.
Ella no paraba de retorcerse y de gemir por el placer, y movía sus caderas al ritmo de él, acoplándose a sus movimientos.
De pronto el paró un momento y le susurró al oído...
-Aún puedes salvarte, te he mirado, me he encarnado para ti, pero aún hay vuelta atrás, puedes romper tu pacto...
-¡ No! No me importa nada, sólo quiero lo que llevo tanto deseando...
Él pasó su mano bajo el vientre de ella y levantó aún más sus caderas. Tras esto empezó a embestirla como un salvaje. Ella se movió un poco hasta conseguir ponerse a cuatro patas...
Él de rodillas tras de ella, llevó una mano hasta su clítoris y otra a un pezón, y comenzó a acariciarla enérgicamente para llevarla al orgasmo.
No tardó mucho en ocurrir y las convulsiones de la vagina de ella provocaron el orgasmo de él.
Cayeron el uno sobre el otro sobre el suelo, tratando de recuperar el aliento y poco a ...