Inmigrante (05)
Fecha: 20/11/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... aguantar más con ella dentro o conseguir que me corriese.
Todas pasaron por mi polla, ensalivando y metiéndosela entera. Hacían lo que podían para hacerme correr y no dar opción a la siguiente, pero no lo consiguieron. Cuando se dilucidó quién se la había metido más tiempo, que fue la nueva, hice otra oferta de dinero a la que consiguiese hacerme correr, haciendo una rueda de un minuto para cada una.
Se aplicaron como buenas putas para conseguirlo, y después de varias rondas, fue Eva la que se tragó toda mi corrida.
Estuvimos un rato de conversación y risas, hasta que llegó otro cliente y yo me marché.
Era bastante tarde cuando llegué a casa, encontrándome a Ana dormida en el sofá con la televisión en marcha.
La desperté con suavidad y al preguntarle qué hacía allí, me dijo que había ido a informarme de que ya teníamos fecha para la boda al mes siguiente, y que la iglesia había dado permiso para casarnos. Se había sentado a esperarme y se había quedado dormida.
Debía desear algo más, pero me limité a darle las gracias y la acompañé a la puerta. No tenía el cuerpo para juergas.
En los siguientes días, recibí una carta en respuesta a uno de los currículums enviados para que me pusiese en contacto con unos laboratorios de la ciudad y concertar una entrevista.
Hice la llamada, una señorita me puso en contacto con alguien de dirección y acordamos una cita dos días después.
Cuando me presenté en las oficinas y me identifiqué ante una secretaria, ...
... probablemente sacada de un concurso de belleza, ésta me preguntó:
-¿Jomo? ¿Qué clase de nombre es? ¿O es un apodo?
-No señorita, es un nombre africano. Uno de mis antecesores era un guerrero Masái y el resto de mi familia, aunque mezclados con europeos, todos han vivido hasta su muerte en África.
Estuvo coqueteando conmigo descaradamente, tanto que seguro que me hubiese dado cuenta aunque no estuvieses acostumbrado a ello en la discoteca. Me dijo cosas como que “qué alto era y si lo tenía todo igual de grande” o “si la fama de los africanos era cierta” a mi pregunta de qué fama, me respondió “de penes enormes”.
Yo también coqueteé con ella, diciéndole que si quería, podría comprobar ambas cosas en persona cuando quisiera. Siguió sin cortarse ni un pelo, escribió en un papel su teléfono y hora de salida, entregándomelo mientras me decía: “llámame por la mañana para quedar”.
Tras esto, llamó a la persona con la que tenía que hablar y tuve mi entrevista, que fue bastante bien. Me informaron que en unos meses se iba a jubilar el jefe de uno de los equipos de investigación, y que el resto del personal del equipo ya era algo mayor, por lo que estaban buscando personas jóvenes que pudiesen ir sustituyéndolos a medida que se fuesen jubilando, pero con tiempo suficiente para que pudiesen transmitir su experiencia.
Parece que les gusté y quedamos en reunirnos más adelante, pues tenían más entrevistas que realizar. Cuando salí, la secretaria me acompañó y abrió la puerta, ...