Serie rosa (Relato 5)
Fecha: 21/11/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Ana Etxeberria, Fuente: CuentoRelatos
La tarde tildaba gélida y típica de un día invernal. De hecho, Noa Domínguez lo notaba en sus huesos pese a ir abrigada hasta los dientes. Atravesaba la ciudad andando tras sus prácticas universitarias en el hospital y la heladez la envolvía como una mano fría y negra. Además, el cielo estaba cubierto y encapotado de nubes grises, y el servicio meteorológico anunciaba nevadas.
Más que andar, Noa corría tiritando con un deseo desmesurado de llegar a casa y quitarse este frio que la mataba por momentos a más.
Tras diez minutos interminables, Noa alcanzó su edificio y de aquí a su piso. Ni siquiera saludó a Diego, su hermano de 12 años con su profesora particular de inglés. Pasó de largo y se encerró en su habitación.
-¿Qué le pasa a tu hermana Noa? –se preocupó Ingrid, la profesora nativa de inglés.
-Será que tiene las bragas congeladas. Cuando no es eso es la regla o vete tú a saber.
-¡Diego! Cuida esa lengua, please.
-Es la verdad, profe. Mi hermana lleva un año especialmente salida. Folla más que estudia, y así le va. Mi padre le ha dado un ultimátum. O se sujeta las bragas o le corta el grifo.
-¿Me hablas de Noa? Yo la veo una chica very responsable y educada.
-Claro, hasta que ve un chochito bonito y se le disparan las hormonas.
-¿Noa es lesbiana?
-Y tanto. Usa su coche de picadero. Dice ella que es el mejor sitio para mojar. Pone música. La calefacción. Inclina los asientos. Y a gritar en medio del garaje. Ya te digo. Una golfa de armas ...
... tomar. Tiene follamigas por toda la ciudad. Ella las llama “su colección”, ¿te lo puedes creer?
-¿Noa es una promiscua?
-¿Y eso qué es? Pasa de ella, profe. ¿Por dónde íbamos?
-Por aquí. Lección 12-B. Voy al baño. Cuando vuelva quiero verlo hecho o toca negativo.
-¿Cómo?
-Por hablar mal de Noa.
-Vale. ¿Tarda mucho en mear?
-Diego…
-Vale, voy.
Ingrid abandonó el salón, pero en vez de pasarse por el cuarto de baño lo hizo por la habitación de Noa. La puerta se encontraba cerrada e Ingrid pegó con los nudillos.
-Hello, ¿se puede?
-Sí, pasa.
Allí seguía Noa con un frio que no se le quitaba. Ni siquiera se quitó la ropa o el abrigo.
-Noa, ¿estás bien?
-Muerta de frío, pero bien.
Ingrid entró y cerró la puerta con cerradura.
-¿Necesitas algo? –se extrañó Noa.
-Yo nada. La que necesita algo eres tú.
-Sí, ya me ves, voy a tenerme que dar una ducha de agua hirviendo o pillaré una pulmonía.
-Yo tengo algo mejor que una ducha.
-¿El qué?
-Esto. –Ingrid se sacó el jersey por la cabeza y dejando sus tetas preciosas a la vista. Luego se desabrochó la falda y se quitó las bragas.
-Wowww, joder con las inglesas –empezó a sentir Noa un hormigueo por el estómago y que bajaba por el ombligo-. ¿No tienes frío así?
-Yo siempre estoy calentona.
-Calentona y muy buenorra, por lo que veo. No sabía que tuvieras esas carnes tan apetitosas si no caes antes.
-Tú quieres entrar en calor y yo fuck you now. ¿Hacemos trueque? –se metió ...