1. En el campo


    Fecha: 21/11/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Fuí a tomar unas fotos a una hacienda de ecoturismo y descubrí a un hombre negro gozandose a un rubio y quedé fascinado con la escena.
    
    Empecé a tomar fotos y en la noche me masturbé mirandolas e imaginando que era yo a quien se gozaban. Tuve que masturbarme varias veces para dormir, aunque nunca había sentido deseos de estar con otro hombre, ni había fantaseado con aquello.
    
    Ese día me asignaron un guía. Era un hombre negro alto y fuerte. Al verlo a los ojos me excité mucho y me ruboricé, y noté que me miraba como a una mujer. En el camino colocó varias veces su mano en mi muslo para enseñarme algo, y cada vez me extremecí de sorpresa y excitación. Tomé varias fotos y me llevó a una quebrada, al llegar se desnudó y pude admirar su bello y viril cuerpo desnudo. Mientras se bañaba le tomé varias fotos. Entonces me invitó a bañarme con el. Me negué pero se acercó a mi y empezó a desnudarme. Ví fascinado como se erectaba su sexo. Al quedar desnudo tomó mi mano y me llevó hasta una cascadita. Allí tomó mis dos manos y me atrajo hacia el, besando apasionadamente mi boca largo rato. Aquel delicioso beso y sus manos recorriendo lujuriosamente mi espalda vencieron mi resistencia.
    
    Al darse cuenta que nunca me habían penetrado fue muy tierno, y poco a poco ...
    ... me fue dilatando. Yo solo gemía de placer. Al introducir sin resistencia tres dedos en mi ano me besó en la boca y me dijo: Esta noche iré a tu habitación para desflorarte, quiero que te depiles completamente. Sin más me beso y empezó a vestirse. Iba abochornado por todo el camino, llegando a la casa de la hacienda se detuvo y beso mi boca diciendome: Quiero que estés listo a las 8.
    
    Al llegar corrí al pueblo a comprar crema dilatadora, sentí que todos en la farmacia sabían lo que me harían.
    
    A las 8 tocó mi ventana, abrí y salto dentro. Sin apuro me beso y acarició largamente, y una hora después rompió mi virilidad convirtiendome en su hembra. Esa noche satisfice todos sus deseos con gran placer.
    
    Durante una semana dormimos juntos y unidos. El llenó mi cuerpo de semen, ternura, amor, lujuria, deseo. Cada día era más y más suyo.
    
    La última noche me saco de la habitación en la madrugada y me hizo el amor bajo la lluvia, frente a la entrada de la casa.
    
    Terminé convirtiendome en su mujer y descubrí que varios guías rubios que había en ese lugar eran las mujeres de otros peones.
    
    Yo vivo en el pueblo cercano con el, todos saben que somos pareja, por lo que le he permitido afeminarme a su antojo, pues el placerf y el amor que me da son infinitos 
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