EL TÉCNICO TV ARREGLA LA CONCHA DEL PARALÍTICO
Fecha: 21/11/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Marta era una mujer insatisfecha sexualmente tras el accidente de tráfico de su esposo, que quedó postrado en una silla de ruedas, muerto de cintura para abajo. La mujer se consolaba como podía: masturbación, dildo, bolas chinas ... y de vez en cuando (cada vez menos) le ponía el coño a la altura de la boca de su marido y éste la hacía correrse con su lengua. Él, desgraciadamente, no había vuelto a tener un orgasmo desde aquel fatídico día del accidente, con apenas 35 años de edad. Habían pasado ocho años desde aquello y Marta suspiraba por una buena verga que le taladrara el coño hasta los mismísimos ovarios.
La oportunidad se presentó con motivo del Mundial de Fútbol 2010. La televisión se había estropeado y Juan (el inválido)no estaba dispuesto a perderse la final entre España y Holanda. Así que Marta avisó al técnico de TV. No tardó en presentarse un mocetón de treinta años, apuesto y fuerte, enfundado en su mono azul bajo el que se adivinaba una buena polla, pues como era verano no llevaba ropa interior. La concha de Marta empezó a soltar jugos mientras seguía el trabajo del operario con la antena en el balcón exterior. Estaba tan recaliente que no dudó en aprovechar aquella oportunidad que le daba la vida. Así que mientras el pobre marido comprobaba frente al televisor si la imagen iba mejorando, la mujer se avalanzó sobre el técnico, se arrodilló ante él y le bajó la cremallera del buzo. El muchacho no daba crédito pero aquella madurita estaba de buen ver y se ...
... dejó llevar ...
No tardaron en ir al dormitorio, mientras el pobre Juan jugueteaba con el mando a distancia ajeno a lo que ocurría apenas tres metros de él. Marta engullía con delectación el gordo y largo cipote del operario hasta los mismísimos huevos. Así ensalivada la polla le suplicó que se la metiera en el coño, pero el muchacho quisó recalentarla como una perra pues le excitaba sobremanera que el pobre tullido estuviese tan cerca. Le metió los dedos sin piedad en la vulva empapada de jugos y empezó a masturbarla sin piedad hasta hacerle daño. Cada vez que ella pedía piedad él le introducía otro dedo más y le imprimía más ritmo. La mujer se corrió varias veces pero suplicaba que le metise la poronga. Así lo hizo el técnico de TV, que con las manos seguía magreándole las tetas hasta ponérselas rojas como tomates, excitándose con los jadeos que la mujer emitía. Marta suplicó que no se corriera dentro de ella pues temía quedar embarazada y el muchacho cayó. Enloquecida por el placer, la hembra apretaba con sus piernas el culo del muchacho para sentir bien adentro todo el pollón; éste mordisqueaba los pezones de la mujer hasta hacerlos sangrar. De repente, el marido llamó a voces a su esposa: ¡Marta, ven, que se me ha caído el mando de la tele!
Una y otra vez el pobre tullido volvió a llamar. El operario se excitó como un animal al oirlo gritar mientras se follaba a la puta de su mujer.
No tardaron los amantes en correrse casi al tiempo. El muchacho se vació dentro; ...