Pasillos cómplices - Relatos Eróticos

Pasillos cómplices

... entrecortada no me deja hablar, no puedo más

-No hables, dejamelo todo a mi, pruebate y dime a qué sabe.

-Tengo un hilo fino entre mis dedos

-¿Está tibio?

-Sí

-¿es abundante?

-Sí... AH...

-¿te gusta?

Lo único que escuchaba eran gemidos débiles y respiraciones fuertes

-Dime qué te gusta y hazlo de nuevo

A esas alturas Ken no tenia otra cosa que obedecer

- Estoy tenso, no puedo hablar, esta sensacion de romperme... AH... AH...

-No hables, solo escúchame, solo gime... solo habla para estás preguntas simples, Ya viene ¿verdad?

Gemidos y frotaciones es lo que podía escuchar Takeru

-Lo puedo intuir, abre más tus piernas, y mueve tu cadera, tócate más rápido, más profundo, sé que ya viene, lo quiero ya yo también, hazlo, más, solo un poco más

Ken sentia la fuerte presión en las palabras de Takeru mezclado con el sudor y el calor que sentía su cuerpo, lo unico que hacia era apretar los ojos y la boca

-Así... Ken... sigue gimiendo, damelo todo

Ahora el silencio reinó de nuevo por parte de Ken

-¿Ya?

- Mis pantalones están manchados, no puedo volver ...

... con mi madre de esta manera, y mi rostro está empapado de sudor y estoy ardiendo, no puedo aparecer así, necesito colgar

-Está bien, pero quiero que sepas que para mi has sido un descubrimiento, muero por hacerlo contigo o con Daisuke y contigo, los tres, mmmm

Ken colgó sin despedirse, quedandose completamente rojo de excitación todavía, necesitaba calmar esta tension que Takeru le habia provocado.

Fué al baño rapidamente y se secó el sudor de la cara con agua y luego intentando respirar normalmente, se sentó en el inodoro intentando estar tranquilo hasta que sus nervios y la tension desaparecieron aunque lo que no desaparecia era la carga electrica de sus pelotas y de su miembro, aún estaban ambos demasiado excitados

Con aquella excitacion se cambió de ropa en su habitación y luego volvió a la sala de estar donde su madre le estaba esperando no sin antes echar una mirada a aquel telefono y a aquella pared donde por primera vez habia hecho cosas saliendose totalmente fuera de su zona de comfort, no lo reconoceria nunca, pero sintió algo especial aquella tarde que tardaría en olvidar.