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Una mamá ardiente
Fecha: 24/11/2020, Categorías: Gays Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... interesado que estaba en si podía curarme sola, con lo caliente que estaba tal vez veo un interés donde no lo hay, pero la idea de que me quiera ayudar en algo tan íntimo me empezaba a excitar. Me visto con la remera larga que uso para dormir, la misma con la que recibí al doctor, no me coloco nada debajo. El reloj dibuja el paso del tiempo, media hora, una hora, pierdo la cuenta. -Hola, por qué tardaste tanto -Tuve que pasar por otra farmacia, no tenían esa crema, decían que casi no se usa. -¿pero la compraste? -Sí, acá está. Bueno, me voy a bañar, ¿te pongo crema en el culito? -Salí degenerado, anda a bañarte que puedo sola. Va hacia el baño y no puedo dejar de pensar en lo interesado que estaba en mí, ideas incestuosas que me excitaban, era increíble lo que estaba pasando. Escucho el agua de la ducha, él ya se estaba bañando. Tomo el pomo de crema y lo miro, era hora de empezar a untarme las partes con ella, pero me quedo pensando, había algo en mi subconsciente que no me dejaba, algo lujurioso que no me lo permitía. Mi sexo había tomado una decisión por mí, quería hacer partícipe de mi salacidad a Manuel. Espero a que cese el sonido del agua, indicio claro de terminar con la ducha, unos pocos segundos pondrían a mi hijo atravesando el pasillo hacia su cuarto, cuando está ocurra pediría su ayuda. -¡Manu! ¡Manu! -Sí Ma, ¿Qué pasa? -Por favor… ay tapate, otra vez con la pija al aire, soy tu mamá De nuevo se muestra desnudo, orgulloso de ...
... su larga poronga, con la toalla sobre los hombros, como si no le importara, al contrario parecía contento de mostrarla. -Vamos Ma, como si nunca hubieses visto una. -Dale, tapate, no la muevas así. -Jajaja, ¿Qué quieres? Se cubre con la toalla, pero la imagen era lo suficientemente fuerte como para no borrarla de mis retinas, su desnudez me excita y alienta a proponerle que me cure. -te iba a pedir si me podes ayudar -Sí, claro ¿con qué? No sabía cómo decirle, pero no aguanto más y se lo digo. -Mira no llego a pasarme la pomada atrás y tengo miedo de lastimarme. -¿En el culo? -Sí, bobo, el culo. ¿Puedes o le pido a mi amiga? -Si si si, date vuelta. Yo ya estaba entregada, necesitaba mostrarle el cuerpo. Le doy la espalda y me levanto la remera, dejo el culo al aire y apoyo las manos en la cama. -Qué lindo agujerito. -No seas bobo ¿Cómo lo tengo? -hermoso. -no, bobo, está muy quemado. -Está rojo como una quemadura de sol, pero no está tan mal. Mientras me decía esto siento que pone un chorro largo cerca del ano y lo empieza a desparramar con el dedo. Sus yemas rozaban los pliegues de mi esfínter, lo hacía lentamente. -Mira, como me pones. Miro sobre mi hombro y está nuevamente desnudo, pero ahora con la pija erecta, apuntando el techo, era gigante. -Dale. No seas tonto, guarda eso. -Mira como lo tengo, ¿me la chupas? -¿estás loco? -Dale, no seas tonta. Cuando dijo esto ya tenía su pija a unos centímetros ...