El reconocimiento
Fecha: 01/12/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: Tomas Brentano, Fuente: CuentoRelatos
Por fin había encontrado un trabajo, me había costado varios años de exámenes pero lo había conseguido. Solo faltaban los trámites burocráticos para empezar a trabajar y el reconocimiento médico.
Aquella mañana, a primera hora, me dirigí a la dirección que dieron, pregunté por el nombre de la Doctora que tenía asignada y esperé a que me llamaran. Estaba en la sala de espera leyendo alguna revista hasta que apareció una enfermera y dijo mi nombre. La acompañé, y fui con ella a varias habitaciones donde me hicieron bastantes pruebas. Dejando para el final el reconocimiento médico.
Era la primera vez que me hacían uno. Salió la doctora y me llamó, me hizo pasar a su despacho y me pidió que me sentara. Me hizo varias preguntas relacionadas con mis hábitos, enfermedades, etc. Lo veía todo muy normal, después de esas preguntas, me dijo con absoluta indiferencia:
- Desvístase y vaya a la báscula -señalando con el dedo en el otro lado de la sala.
Me empecé a quitar la camiseta, los zapatos, calcetines, pantalones y entonces tuve la gran duda, ¿me desnudo del todo? Ella no miraba, estaba anotando algo en mi informe. No lo pensé más y me quede completamente desnudo subido en una especie de báscula.
Había una cortina que separaba su despacho del resto de la habitación, donde estaba la camilla y el resto de aparatos.
Estuve un par de minutos desnudo, esperando que la doctora viniera hasta que preguntó en voz alta:
- ¿Estas listo?
- Si -contesté yo.
La oí ...
... levantarse, el ruido que hizo la silla al desplazarla de su mesa y los tacones que indicaban que se dirigía hacia mi. Arrastró la cortina a un lado y se quedó mirándome un par de segundos de la cabeza a los pies, recorriendo con su mirada mi cuerpo desnudo sin decir nada.
Allí estaba yo, completamente desnudo de frente a ella, tenía la sensación de que observaba mi cuerpo formado a partir de muchas horas de natación, que yo intentaba cuidar al máximo y que sin duda para ella debía resultar, al menos, atractivo.
- Bueno -me dijo- no era necesario que te quedaras completamente desnudo.
- No sabia si debía...espere que me pongo...
No me dejo acabar:
- No, déjalo, así está bien, pero espera que voy a cerrar la puerta porque no estaría bien que entrara alguna enfermera y que te viera así.
Se fue hacia la entrada y echó la llave en la puerta. Se giró y cuando se dirigía hacia mi pude notar como sus ojos se clavaban en mi entrepierna, lo cual hizo que me sintiera ligeramente nervioso, empecé a notar como mi polla se estaba poniendo morcillona.
- Ahora súbete en el peso...así...gírate...bien.
Me subí en el peso, me hizo girarme y quedé de espaldas a ella, que iba anotando en una especie de ficha los resultados que obtenía.
- Ahora ponte de frente...ponte recto que te mida...
Para medirme tenia que ajustar una especie de barra que chocaba contra mi cabeza, mientras que la ajustaba se puso a mi lado y su bata blanca de medico rozaba mi polla. Notaba como cada ...