La presentación de Camila
Fecha: 19/10/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No soy una mujer voluptuosa, no soy una bomba sexy llena de curvas y despampanantes atributos. Por mis parejas anteriores puedo decir que soy una chica guapa, con un rostro “angelical”, cuerpo natural con lindas formas, mi 1.75, la inquietante blancura de mi piel, mis verdes ojos, mi vanidad de clóset, una atracción por la moda y la elegancia, el interés en cuidar mi cuerpo y una buena herencia genética, probablemente ha sido lo que ha alimentado esa idea. “La clásica chica que les presentas a tus papás como tu novia en las comidas de los domingos; no la vieja que te coges de mil formas entre tanto para aligerar tensiones”. Supongo que debo agradecer por mi rostro y relativo buen físico a mis aventureros y viajeros padres que decidieron quedarse a vivir en México. Ah sí, de ahí soy. Nací en Argentina y viví mi infancia allá, pero después de ir dando tumbos por el mundo recaí en la Ciudad de México, lugar que considero mi verdadero hogar.
Bueno, sola me encontraba yo algún sábado de Enero, sin ningún plan y sin Renata alrededor. Ella sí tiene una vida social activa, tiene novio y salió con él. Yo estaba acurrucada en mi sala mirando alguna deprimente película de Godard, la cual cumplía perfectamente su misión. Al terminar, aburrida y triste caminé directamente a mi habitación, me tiré en mi comodísima cama y cerré mis ojos. Como suele ocurrir cuando una persona cierra sus ojos por convicción y no gracias al cansancio y necesidad de dormir, empecé a repasar mi vida. Las ...
... altas y las bajas. Los momentos alegres y las desventuras. El qué hubiera pasado si tal y esas dudas existenciales aún presentes en mí. Después de horas llegué al apartado amoroso y sexual, aventuras y bellezas que he tenido la fortuna de probar. He de declararme una mujer bisexual que disfruta su sexualidad sin tabús ni traumas.
Recordé mis acostones favoritos, mis personas favoritas, mis películas, fotografías y relatos eróticos que marcaron mi sexualidad. Pronto me descubrí mordiéndome delicadamente mi labio inferior, la piel de gallina, mi mano en mis senos por encima de mi suéter y ese inquietante cosquilleo en los muslos y entrepierna. Me había excitado. Velozmente encendí mi teléfono y me dirigí a mi sitio de videos favoritos, elegí uno y comenzó a reproducirse. Solo subí el volumen y lo dejé de lado, lo que pasara en la pantalla no me importaba. Solo quería escuchar los gemidos de la actriz como respuesta a las duras embestidas y nalgadas que su fornicador le estaba proporcionando. Qué delicia, necesito ser ella en este instante.
Los gemidos y demás sonidos corporales estaban en pleno apogeo cuando mi mano ya se había deslizado por debajo de mi suéter. Tocaba con una delicadeza y suavidad, ajena a mi acompañamiento sonoro, mi abdomen y poco a poco subía mis manos hasta mi brasier. Disfruto los detalles, me encanta la lencería, Disfrutaba tocar el encaje, el algodón y la tela y amasar con ternura mis pechos. Iba acariciando mi teta derecha con la punta de mi dedo ...