Con permiso para prostituirme
Fecha: 20/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Hola me llamo Dyanna, tengo 43 años y tengo 25 años de casada, aun me conservo joven, atractiva, elegante, de buen cuerpo y sobre todo muy ardiente, mi marido tiene 48 años y es el marido ideal, atractivo y muy comprensivo. Comprende que mi cuerpo necesita caricias, que mis senos necesitan ser apretados por manos varoniles, que mis piernas ansían abrirse para que mi rajita se llene con una buena ración de carne, Sabe que necesito macho y está presto a complacerme. Yo lo adoro por todo eso y porque tengo su autorización para coger y tener novio. Después de mucho fantasear al tener sexo disfrutando de nuestras fantasías, sin atrevernos a llevarlas a la realidad, por cuestiones morales, nunca había aceptado, pero me inicio una ocasión después de un convivio al regresar a casa un poco pasaditos de copas, iniciamos a tener sexo, mientras me comía su verga me comento si había visto como algunos de sus amigos me devoraban con la vista, me saque la verga de mi boca y continuando masajeándosela con mi mano, le dije que si y que había pensado que me se había dado cuenta, como el más descarado de todos, Juan casi me violaba con la vista, si si si mmmmm si vi jajajajaja, me excita saber que te desean y que yo hago de ti lo que deseo, me puse de perrita y me penetro por el culo dándome muy fuerte los bombazos, al tiempo que me decía si me atrevería a algo mas que solo calentarlos, sin demorar respondí que si, lo que el quisiera, aria, sentí su chorro de semen en mi culo y en esos ...
... instantes me derrame en un profundo orgasmo, preciosa cuando me harás realidad una de mis fantasias, dime chiquita te atreves a complacerme……. si papi respondí y continuamos cogiendo, pero ahora yo me le trepe en su verga hasta que ambos terminamos completamente cansados nos quedamos dormidos. El jueves me invito ya que iba a pasar el fin fuera de la ciudad por cuestiones de su trabajo, y acepte, como a las 10 de la noche estaba en el hotel, esperando el regreso de mi esposo cuando me decidí a divertirme un poco en el bar del hotel. Me bañe y me preparé: el vestido corto de lycra dejaba ver mis pequeños pero atractivos senos y mis delgadas piernas. Me vi en el espejo mientras me acomodaba mis medias blancas. Con zapatillas altas, mi maquillaje, estaba segura que tendría varios hombres dispuestos a bailar conmigo. salí al bar. Al entrar busqué sitio y encontré una mesa cerca de la pista, pues estaba medio solo aún. Bebí un poco de Amaretto y me invitaron a bailar. Bailé con tres hombres y estaba contenta, pero pasó lo inesperado. Pero deseado. Estaba bailando unas baladas con un hombre mayor que yo y mientras platicábamos sobre el lugar, el hotel donde me hospedaba y otras cosas, comenzó a manosearme el trasero. Desde luego que opuse resistencia, pero me doblego la excitación femenina, cuando se está en brazos de un atractivo hombre como éste, que no pude desaprovechar la ocasión, asi que accedi consentir que este me manoseara, hasta casi perder el control, cuando de repente dije ...