1. Profe de gimnasia


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me costaba hacer unos ejercicios y el profesor de gimnasia me pidió que me quedara, llevandome a su casa. Allí me dijo que me haría un masaje para relajar mis musculos y luego haríamos unos ejercicios.
    
    Me desnudé como me pidió y empezó a acariciar mis pies con suavidad, mi pene se erectó y me sentí muy avergonzado, pero el siguió como si nada. Sus manos resbalaban sobre mi cuerpo y empecé a excitarme, al voltearme acarició mi trasero y espalda muy sensualmente. Quería resistirme pero también que siguiera, entonces me dijo: Tienes una tensión sexual muy alta, tenemos que bajarla. Lo que voy a hacerte es para eso, no quiero que te sientas incómodo. Asentí.
    
    El se alejó u buscó algo y lo trajo. Era un gel muy resbaloso y un extraño aparato. Lubricó muy bien mi ano deslizando un poco uno de sus dedos y me dijo: Cierra lo ojos y relájate. Obedecí y sentí aquella cosa penetrandome. Sentí molestia y gemí de dolor, entonces me dijo: Ya entró, ahora concentrate en la sensación y dime como te sientes. Encendió un motorcito y sentí aquello incharse dentro de mi. Estaba alarmado y excitado, por lo que pregunté que hacía. Me dijo, tus tendones y musculos de tu cadera hacia abajo están muy tensos, esto te los relajará.
    
    Sentí que apagaba el aparato y aquello se desinflaba. Lo saco y puso mas gel ...
    ... en mi ano, volviendo a deslizarlo, esta vez más profundo, pero sin dolor. Encendió el motor nuevamente y comenzó de nuevo.
    
    Al sacarlo por segunda vez me colocó de lado en la camilla y levantó mis piernas separandolas y me dijo: Ahora mírame a los ojos. Lo miré y noté que estaba desnudo. Colocó su pene en mi ano y lo deslizó completamente. Fue suave y agradable, entonces empezó a cogerme con deseo eyaculando muy rapidamente. Yo estaba muy avergonzado y el empezo a lamer los dedos de mi pie. Gemí de placer y noté que su sexo se endurecía nuevamente. Empezó a poseerme por segunda vez eyaculando con gran intensidad.
    
    Yo estaba avergonzado y muy excitado. El salió de mi cuerpo y me dijo: Vistete y vete a casa y no se te ocurra masturbarte. Te filmé conmigo y harás todo lo que te pida.
    
    Caminé a casa sintiendo como su semen salía de mi ano y se endurecía en mi piel. Me bañe y tuve que masturbarme.
    
    Al día siguiente el profe me llamó a su oficina. Allí me amordazo y dio unas fuertes nalgadas y me dijo: te masturbaste en la ducha. Sacó su sexo y me lo hizo mamar y beberme su semen, y me dijo: Ya no eres un hombre, eres mi hembrita y harás lo que te ordene. Tenía 15 años y ahora a los 18 sigo siendo su mujercita secreta.
    
    Con él he tenido toda clase de encuentros sexuales desde entonces. 
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