1. Siempre me calentaron los viejos (8)


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    -Ah, entonces… ¿Se va a sumar el… el señor Antonio?... -murmuré…
    
    -Se va a sumar… -confirmó don Ernesto mientras me recorría entero con una mirada libidinosa… -Mañana mismo se suma, putito, y empezamos a darte entre los tres…
    
    Y ese día llegó, y con él el señor Antonio. Lo vi junto a don Benito y a don Ernesto cuando al volver de la escuela me presenté desnudo y con mi collar en el cuarto de don Benito.
    
    -Hola, bomboncito… -me saludó el señor Antonio adelantándose hacia mí y estampándome un beso en los labios mientras aferraba mis nalgas con las dos manos. Abrí inmediatamente mi boca y su lengua me entró entablando un apasionado encuentro con la mía.
    
    Yo ardía de tan excitado por ese beso y las manazas del viejo en mis nalgas. Oí que don Benito y don Ernesto reían hasta que don Benito dijo: -Bueno, bueno, hombre, basta ya que el nene es de los tres…
    
    El señor Antonio se apartó con algún esfuerzo y volviéndose hacia don Benito le dijo: -Tiene un muy lindo patio, señor mío, propongo que usemos al nene ahí…
    
    La idea fue aprobada con entusiasmo, se desvistieron, salimos al patio y una vez allí lo primero que hice fue fijarme si podrían vernos desde algún edificio vecino, pero afortunadamente no y entonces me entregué tranquilo al morbo de los tres viejos.
    
    Don Ernesto propuso que antes de culearme les hiciera una buena mamada y la idea fue enriquecida por el señor Antonio, que demostró tener una buena inventiva: -Pongámos en círculo a dos o tres metros uno del otro ...
    ... –dijo. –y que el nene vaya en cuatro patas de una verga a la otra para chuparlas bien chupada…
    
    Don Benito y don Ernesto opinaron que era una idea. -¿Has oído, putito? –me interrogó don Benito.
    
    Asentí y entonces se ubicaron como había propuesto el señor Antonio. Quedé en el medio del círculo que formaban los tres, con sus vergas a media asta, pero ya me ocuparía yo de ponerlas en forma. ¡Y qué ganas tenía de hacerlo!
    
    -¿A quién… a quién primero, don Benito?... quise saber y el viejo me indicó al señor Antonio: -Primero a la visita… -dijo y me ordenó ponerme en cuatro patas: -Como el perro que eres… -agregó…
    
    -¿No será que es perra?... –intervino el señor Antonio y sus palabras perversas aumentaron mi calentura… “mucamita, perra… sí, soy todo eso”, pensé y en cuatro patas me deslicé hacia la primera de las vergas, la del señor Antonio…
    
    ¡Qué hambre y qué sed tenía cuando me la metí en la boca!... Además, el señor Antonio era exactamente el tipo de hombre que me excita; bueno, pero no quiero ser injusto con los otros dos, que también me calientan mucho… Es que me dan mucho morbo sus pieles lechosas, sus vellosidades grisáceas, sus adiposidades… Y en eso pensaba mientras chupaba la verga del señor Antonio, de buen aroma y buen sabor… ¡Y tan dura dentro de mi boca!... Por fin, mientras el viejo jadeaba cada vez más fuerte, su verga lanzó tres chorros de semen caliente que empecé a tragar viendo como al vejete le temblaban las piernas y tuvo que sentarse en el piso para ...
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