Diario de Claudia: Vida de puta travesti - Parte 2
Fecha: 16/12/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
Con semen aún en la cara me coloqué en cuatro sobre la cama, ofreciendo mi huequito hambriento a quién quiera tomarlo primero.
“Por si acaso pueden meter más de uno al mismo tiempo” advertí, con una sonrisa de puta pícara. Sabía bien que llegaríamos a eso y en realidad, como estaba súper caliente, así lo deseaba.
Los chicos ya se habían recuperado de la primera descarga, mejor aún, así podrían follarme más tiempo sin vaciarse tan rápido, así que se acercó el primero, un chico de unos 24 o 25, bastante guapo. Se puso algo de lubricante, me tomó de las caderas (“oh si mi amor, hazlo”), acercó la punta de su verga a mi boipussy y empezó a empujar – “vamos, cógeme como la puta que soy” le reclamé; esto lo envalentonó más aún y así, de un solo tiro, metió sus 25 centímetros de carne dentro de mi cuerpo
“¡Oh my fuck!” Gemí… sí que la tenía gorda ya que sentí como un torpedo a 100 por horas perforándome sin piedad. “¡qué rico papi, ahora dale duro!” le pedí. Me agarró más fuerte de las caderas y empezó a metérmelo cada vez más rápido y fuerte. Era divino y me sentía en el paraíso.
Viéndome ser cogida animó al resto, quienes hasta ahora solo miraban masturbándose. “¡Vamos chicos, mi culo no muerde!” “¿Qué tal si van tomando turnos para empezar?” les instruí. Parecía que para un par de ellos era su primera vez con una puta travesti, así que había que darles “instrucciones” sobre cómo cogerme. Yo encantada, pues estaba dominando la escena.
Tal como les dije, y ahora ...
... con las vergas durísimas como hierro, empezaron a tomar turnos detrás de mí, tomándome de las caderas y metiéndome una y otra vez sus pedazos de carne. Cada vez que entraba una a mi cuerpo yo empujada hacía atrás con fuerza para que entren completamente hasta el fondo. Uno, dos, tres, cuatro; uno, dos, tres, cuatro…mis cuatro cacheros daban los mejor de si, tratándome de complacerme al máximo.
“¡Vamos, cójanme como la puta que soy! ¡Con fuerza!, ¡Métanmelo todito hasta el fondo!” gritaba yo como perra desesperada; lo estaba pasando de maravillas…y encima, me pagaban.
Quería más aún así que cambié de posición, de espaldas sobre el borde de la cama, para que uno de ellos me follara (yo con mis piernas abiertas, sobre sus hombros), mientras el resto violara nuevamente mi boca; terminé con una verga a la derecha, otra a la izquierda, y la tercera sobre mi frente. Y empezaron a meterlas, una después de otra, en mi boca que se había convertido en una especie de vagina.
Creo que los cuatro estaban en shock, pues no esperaron tanto de mi servicio. “Esta si que es una verdadera puta” dijo uno de ellos, sonriente. Todos tomaban turnos, todos querían un pedazo de mí, todos querían usar cada uno de mis huecos. Cerré mis ojos para concentrarme en las sensaciones de mi piel – sentía vergas frotando mi rostro, metiéndose dentro de mi; me imaginaba sumergida en una tina de baño repleta de semen, sumergiéndome en la leche caliente hasta cubrir mi cara, entrando por chorros a mi boca ...