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Hice que mi madre cumpliera mi fantasía (segunda parte)
Fecha: 18/12/2020, Categorías: Gays Autor: voyeur34, Fuente: CuentoRelatos
... en el fondo me decía que ella sentía mi pene erecto sobre sus nalgas y sabía que me gustaba esa sensación y por eso se dejaba hacer... Porque de algún modo —me imagino— ella como madre me regalaba también placer para que yo creciera como hombre, para que me formase como un hombre integral. Que quede claro que no soy homofobo, para nada. Al contrario, creo en la igualdad, lo que digo es que quizá mi madre eso quería de mí. Por eso me dejaba tomar de ella esos momentos de erotismo mujer-hombre. En los que algunas tardes de verano, ella aparecía en calzones y brassier de encaje, subiéndose las medias arriba de la rodilla con la pierna sobre la cama, y volteaba a verme, sonriendo, diciendo hola hijo, como si nada, de forma natural. O la encontraba agachada buscando algo en alguno de sus cajones, y su trasero apuntaba hacia mí, mostrándome sus bragas blancas o negras satinadas, o de encaje, en todo su esplendor, y haciendo como si nada pasara, diciéndome que no encontraba algo y que le ayudara. Desde los 15 años había comenzado aquella situación, cuando comenzaba ya a fijarme en el pecho de las mujeres, y en sus curvas geniales. Pero esos encuentros casuales y eróticos con mi madre hacían que mi estómago diera un salto, y mi pene reaccionara a su imagen sensual y sus carnes espléndidas. Eso tenía en la mente mientras conducía, antes de responder a su pregunta. —Adrián... —Tengo una fantasía contigo Moni... —¿Ah sí? Eso es interesante. Cuéntame, a ver qué tan ...
... original es. —No sé si es original, pero es un deseo que tengo y que me gustaría saciar algún día. Por esa ocasión mi madre calló, ahora fui yo quien la dejó sin palabras. Lo más seguro es que no fue una victoria mía, sino que ella así lo deseaba porque le convenía. —Extrañamente, no incluye el coito, aunque eso es algo que también me gustaría. Es más bien una fantasía erótica fetichista. —¿Pero tú sabes lo que es el fetichismo? —era una pregunta retórica e irónica. Mi madre sonrió de nuevo sorprendida. —Madre, se muchas cosas sobre la sexualidad aunque aún sea virgen. —Te dije que en este momento no soy tu madre, dime Moni. Creo que ahora que lo pienso, no quería que le dijera madre para no ensuciar esa parte de su ser, a la que quería conservar impoluta de alguna mancha incestuosa. Y que al mismo tiempo llamarla por su nombre, un nombre cachondo por cierto, la hacía sentirse perra y sucia, emputecida. Y eso la ponía caliente. No lo sabía aún. —Sí sé lo que es el fetichismo, y comparto algunos gustos sobre eso. —Lo sé... —caramba, cada segundo que pasaba mi madre me sorprendia mas. —¿Cómo que lo sabes? —Sé que eres fetichista... Muchas cosas te delatan, soy abogada hijo. —No me llames hijo por ahora —ahora te toca zorra hermosa. Mi zorra... —Ok. Adrián, me parece justo. Como si fuéramos dos extraños hombre y mujer. —Sí. —Te decía que sé que tienes algunos fetiches y eres voyeur también. Es más, acabas de aceptar que te encantaba verme ...