1. Juanito


    Fecha: 21/12/2020, Categorías: Hetero Autor: Llamaradaazul, Fuente: SexoSinTabues

    Recordaba perfectamente el día de su cumpleaños, lo guapo y alegre que estaba su hijo, expectante ante la fiesta que le habían preparado y a la que iban a asistir sus mejores amiguitos y los padres de éstos. También se acordaba por un motivo ajeno al cumpleaños del niño y que ahora le parecía un poco egoísta. Para ese día ella había hecho especial hincapié en estar más arreglada de lo que normalmente iba. Hacía ya casi un año que su marido había perdido el interés sexual en ella. Al principio lo achacó a que estaba sometido a mucha tensión en el trabajo debido a un reajuste que estaban haciendo de la plantilla, pero cuando se confirmó que su puesto no corría peligro, su maridó se relajó y ella esperó confiada a que se reiniciara el contacto sexual que ella tanto añoraba. Las normas sociales impuestas por el hombre y para su propio beneficio, asumen que es el hombre el que está siempre dispuesto a un encuentro sexual, no importa ni el sitio, ni la hora, ni con quien! Y la mujer es una especie de ser sin deseo sexual, que solo se abre de piernas para satisfacer la lujuria del macho, que si no se ve satisfecha dentro del sagrado sacramento matrimonial, le otorga una especie de Derecho Natural para ir follando sin ton ni son. Pero en su matrimonio parecía que se habían invertido los papeles, siempre había sido ella la más apasionada y la que se había quedado con ganas de más. Ella nunca había tenido jaqueca y había estado siempre dispuesta a satisfacer a su macho, pero era el ...
    ... que se daba por satisfecho si follaban un par de veces al mes. Habían sido muchas las veces las que ella había tenido que satisfacer su lujuria a solas, incluso cuando después de haber sido follada, porque en cuanto él se corría, sin preocuparse si ella había tenido un orgasmo o no, sacaba su enorme verga de su vagina aun hambrienta y palpitante y la dejaba boca arriba en la cama con ríos de espesa leche resbalando por la cara interna de sus muslos. Él se quedaba inmediatamente dormido y ella, con las piernas temblorosas se metía en la ducha y allí, bajo el chorro de agua caliente, frotaba su sexo con pasión y rabia a la vez, hasta que una ola de placer brotaba del interior de sus entrañas y la dejaba apaciguada. Otras veces, después de varios días sin que su marido la tocara, y cuando la lujuria la invadía, sabiendo que no iba a encontrar nada esa noche en su lecho, se masturbaba en cualquier rincón de la casa cuando estaba sola, y entonces era ella misma y se retorcía y gemía sin miedo a que Juanito o su marido la sorprendieran, mientras introducía febrilmente sus dedos en su sexo húmedo y pellizcaba esas grandes y oscuras areolas de sus pechos que se endurecían como piedras. Por eso ella no esperaba que después del susto que habían pasado durante la crisis en el trabajo, su marido se volviera un semental, pero al menos que mostrara algún interés en ella. Fue un día que asistió a una cena con los compañeros de su marido y sus respectivas mujeres, cuando se le cruzó por la ...
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