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Luis, Jacobo y un verano 14 Julio vivirá en mi casa
Fecha: 23/12/2020, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... que ha puesto Julio. –ahora era el tío el que nos hablaba. -Nosotros sabíamos que estaríais conformes con lo que hiciéramos, pero él quiso que fuera vuestra la decisión… A mí no me parece mal. –el tío miro al resto de la familia, ninguno decía una palabra, parece que era yo solo el que veía el problema y guardé silencio. Mamá y la tía se quedaron con nosotros mientras papá y el tío pasaban a la biblioteca. -No te molestes cariño, esto será bueno para Julio, para todos. –no llegaba a ver el alcance de sus palabras, igual pensaba que yo tenía algo con Julio, por mi parte si lo tuve pero ya no. ¿Y por qué me consideraba tan importante? Como si el universo girara a mí alrededor. Más bien podría haber sido para aprovechar los recursos de su lúcida inteligencia, ¿por qué no? -Está bien mamá, todos estamos contentos y queremos a Julio con nosotros. –no teníamos más que decir y cada uno fue a prepararse. Rufo se llevó a los abuelos, el resto de los mayores irían más tarde y los seis se quedarían a comer fuera de casa invitados. Volvían a dejarnos solos. Pensaba que Julio y Bruno marcharían como otros domingos al pueblo. Se lo comenté a Jacobo, sobre todo para ver lo que haríamos nosotros hasta que volvieran. Al escucharme mi primo se echó a reír. -No les conviene dejarse ver por el pueblo hasta que todo se enfríe. –no le entendía de que hablaba y me quedé con cara de tonto. Jacobo no paraba de reír. -El marido de la muchacha se enteró y si se ven no creo que los reciba muy bien. –me ...
... alegré por la chica de las piernas largas y me preocupé por que el abuelo llegara a enterarse. Escuchamos la voz de Bruno gritándonos desde el patio, nos asomamos a la ventana. -Vestiros para salir a caballo. –estaba con Julio, de pie mirando hacia arriba. -Vamos a preparar los caballos. –desaparecieron por el arco trasero del patio, iban dándose empujones, bromeando entre ellos, todo muy varonil y de hombres. Julio me ofreció su mano para ayudarme a montar en Laila, acepté la ayuda colocando mi rodilla en su mano y me subió, desde arriba le miré rencoroso, no entendía el que todo se hiciera a mis espaldas, que todos supieran lo que sucedía menos yo. Bajo los ojos y se dirigió a su montura. Olvidé mi mal humor para disfrutar del viento sobre mi rostro, de la velocidad y el bello paisaje, acaricié la crin de mi yegua agachándome y pegándome a ella, el viento me hacía llorar y tiré ligeramente de las riendas, rocé su cuello con mi fusta para pedirle que disminuyera la velocidad. Después de un buen rato de cabalgar subimos una pequeña colina recién plantada de pinos, tenían que recuperar lo perdido en un incendio, paseamos dejando a las bestias descansar, iba al lado de Julio y sujeté su brazo. -No me habías dicho lo de tu estancia en la ciudad, no tienes confianza en nosotros. –lo repensé bien. -No tienes confianza en mí. –seguía creyendo que Bruno ya lo sabía y seguramente también Jacobo. -Lo siento Luis, ha sido precisamente por ti, todos lo saben, pero es en tu casa donde me ...