Clases de piano 12 (final) resto del capitulo
Fecha: 24/12/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... pudimos nos mudamos a vivir a España, pero sentíamos que algo nos faltaba, tu… ‐ ¿yo? ‐ Si, eres el último con vida que merece morir, serás nuestro broche de oro—Claudia volteo a verme, sonrió y asintió aprobando lo que su hermana decía ‐ Pero yo nunca las obligue a hacer algo conmigo ‐ Si, lo sabemos, pero tú eras el adulto, no debiste hacerlo… ‐ Pero nunca las viole… ‐ No debiste hacerlo, eras el adulto Lo dijo con un tono serio y autoritario… tenía razón. Mientras decía esto bajaba el cierre de su escote, mostrando parcialmente sus ya desarrollados y hermosos pechos, podía ver sus pecas, retiro los electrodos de mi pecho y se los coloco, el monitor no encendió alarma porque percibía latido de corazón, ese era su plan, acabarían con mi vida sin encender alarmas, por primera vez las admire, habían acabado con todo el maldito club; vi y aprecié sus desarrollados cuerpos de mujer adulta, nos los infantiles que profane 20 años atrás, la ropa de enfermera, como se habían disfrazado, las hacía ver sensualmente eróticas, me resigné a mi destino, después de todo me lo merecía ‐ Está bien… me lo merezco… tomen mi vida… es lo mínimo que puedo darles… después de todo el daño que les hice--- hice un nueva pausa recuperando mi aliento—el tiempo que viví con ustedes fue el mejor de mi vida, me enamore de las tres, sé que hubo cosas en las que yo fui el adulto, pero siempre las amé y traté de hacerlas felices y… también sé que salí como un cobarde, no debí… siempre lo supe y nunca lo ...
... superé… tomen mi vida, saben que sólo tienen que apagar la bomba de infusión, mi presión arterial caerá y mi corazón dejará de latir… sólo pido una última cosa Las dos se miraron intrigadas y voltearon a ver mi última voluntad ‐ Si he de morir, quiero morir tocando sus vaginas, moriré sintiendo las rajitas de las mujeres que más amé en este mundo Sus miradas se volvieron a cruzar, siempre se entendieron con solo mirarse, eran como gemelas telepates, sonrió Claudia y después Esther; Claudia miró por última vez hacia afuera y se acercó a mi costado derecho, Esther siempre estuvo en el izquierdo, las dos al mismo tiempo bajaron sus pantaletas lentamente, sin dejar de mirarme y las pusieron sobre la cama, sonreí débilmente cuando vi lo sexys que eran sus ropitas, Esther me quitó el oxímetro que estaba en mi índice y lo puso en el de ella, las dos tomaron mi mano respectiva a ellas y las guiaron a sus rajitas, sentí la humedad de estas y escuche como se aceleró el monitor cardiaco al percibir taquicardia de emoción de Esther, las dos abrieron sus bocas al sentirme y sus pupilas se dilataron, instintivamente sus caderas se movieron, deslizándose sobre mis dedos índices que las acariciaban en su abertura, Claudia apretó mi mano y abrió más la boca, volví asentir esa sensación que nunca había vuelto a sentir desde que salí de San Fernando, nuevamente estaba en el cielo, no importaba mi destino final, ya había conocido la gloria, suspire feliz ‐ Estoy listo--- Dije a Esther ‐ Dulce ...