1. CON PERSEO EN ALTAMAR


    Fecha: 03/01/2021, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... entonces el tal Alex era rechoncho y sobraba carnes por todos lados. Pero el Alex de hoy era un completo atleta, fuera grasa y muy bien parado, hasta guapo lo miró Micha, pero no dijo nada. Ya dentro, Micha le indicó que estaban los tres en la piscina; pero que como estaban solos no llevaban traje de baño, que si quería podía entrar en bolas como estaban ellos. Alex aceptó, de todos modos solo machos estaban allí dijo Alex. El cuerpo de Alex no tenía nada que envidiarle a sus amigos, con la gran diferencia que Alex era un mono completo, tenía pelos hasta en las uñas y al mojarse con el agua parecía una traje dorado sobre él. Se miraba precioso, resaltaba algunos músculos como ser los de las piernas y las nalgas, sobre todo en la raja del culito de donde brotaban como forraje. El día transcurrió excelente entre los cuatro amigos, por la tarde Alex se marchó no sin antes haber hecho la invitación a sus cuates, para que al día siguiente salieran en un bote que tiene y en el cual podrían ir a alta mar a pescar y pasarla bien. Así fue, a muy 5 de la madrugada Alex pasaba a recoger a sus amigos y se encaminaron a la ciudad de La Ceiba, para abordar el bote que todos esperaban fuera pequeño; pero sorpresa, era una hermosura, dos camarotes, cocina, comedor, hasta pista de baile en la proa (parte delantera del bote). Los cuatro amigos zarparon rumbo altamar con el fin de pescar pez espada, volverían ya entrada la noche o al día siguiente, su plan era gozar el tiempo que estuvieran ...
    ... juntos y de ser posible en la noche al volver a puerto ir en busca de acción femenina. Perseo a penas subir comenzó a instalar el equipo de pesca, Alex comandaba el bote, Micha y Fernando se encargaban de las bebidas y comida; todo estaba resuelto para divertirse a lo grande. Al echar ancla para comenzar la pesca todos decidieron que se quedarían en trajes de baño tipo speedo para marcar sombra de bronceado y así fue, los cuatro chavales, hermosos como no hay más, se bronceaban, escuchaban música, cantaron kareoque y se tomaron unos tragos para relajarse. Entre todos se ayudaron a colocarse el bronceador y protector solar para obtener un bronceado parejo, menos en el área del speedo ya que todos querían lucir un bronceado de playa. Las manos de Alex eran las de un hombre de mar, gruesas y callosas, las de sus amigos eran más bien suaves pues sus labores no incluían más que sus deberes de estudiantes y buenos hijos. Esas manos no pasaron desapercibidas por ninguno de ellos que tuvo el deleite de sentirlas en la espalda para esparcir la loción bronceadora más de una vez. Alex les ofreció de una botella de licor que su papá tenía para ir de pesca con él y que era muy rara; ocurrió que cerca de las Islas de la Bahía su padre con otros amigos encontraron un barco antiguo hundido, no supieron determinar su época; pero si les brindó una cantidad enorme de botellas de licor muy dulce al paladar y que rápidamente hacía su efecto. Todos saborearon aquel líquido oscuro y sabroso. Pasadas ...
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