1. Ana - Cómo perdí mi virginidad.


    Fecha: 20/01/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Sara, y la historia de la perdida de mi virginidad empieza cuando era muy pequeña, mi madre es todavía una mujer joven, que cuando era una adolecente, se casó con un hombre 12 años mayor que ella, al quedar embarazada de mi hermano Ricardo. Pero su matrimonio duro tanto como su esposo en serle fiel (o sea nada) y porque no decirlo, ella también siempre fue muy coqueta y no le faltaba la compañía de otros hombres, así que tres años después se embarazo del que es mi padre, lo que motivo su divorcio y el porque desde entonces vivamos los tres solos.
    
    Mi madre ha trabajado toda su vida, y casi nunca nos ha faltado nada, vivimos cerca de mi abuela, quien ha estado al pendiente de nosotros desde que yo recuerdo. Pero bien se dice, que lo que uno ve en casa es lo que aprende, y mi madre, siempre nos enseñó a estar libremente en la casa, como más a gusto estuviéramos (algo que molestaba mucho a la abuela). Mi hermano y yo siempre estuvimos muy conscientes de nuestros cambios hormonales y físicos, nuestra madre, nos hablaba de ellos y de lo que tendríamos que cuidarnos con el paso de los años. El tema del sexo no era ningún tabú en casa.
    
    Al crecer, cada vez me parecía más a ella en mi carácter, me encantaba sentirme rodeada por amigos y compañeros, siempre procuraba ser el alma de las fiestas y saberme atractiva y sexi. Desde muy pequeña, me gusto besar a los chicos y provocarlos, pero gracias a los consejos de mi madre, nunca pasaba de calentarlos y nada ...
    ... más.
    
    Cuando regresaba de la escuela, mi abuela ya había dejado la comida preparada, por lo que normalmente comía y luego me dormía un rato, para después hacer mis tareas y si quedaba tiempo, salir un rato a la calle con mis amigas. Cuando llegaba Ricardo, era quien me despertaba de mi siesta, siempre fue así, hasta que fui creciendo y entonces el cada vez se tomaba más su tiempo para verme y en ocasiones acariciarme o tocarme de más, en ocasiones me molestaba su actitud, pero varias veces disfrutaba despertar de esa manera, aunque nunca lo dejaba pasar de caricias en mi cuerpo y cuando se veía muy atrevido en mis pequeñas e incipientes tetitas.
    
    Había un vecino de nombre Saúl, de la misma edad que mi hermano y uno de sus mejores amigos desde muy chicos. Siempre me encanto y hasta decíamos que éramos novios desde pequeños, ya en varias ocasiones nos habíamos besado, al principio en la mejilla o en los labios muy paraditos, aunque después estos se volvieron más candentes y atrevidos. El empezó a tener su novia en el colegio, por lo que así termino nuestro fingido noviazgo.
    
    Un día, Saúl, llego junto con mi hermano a la casa, yo estaba dormida en la sala, con el uniforme de la escuela, y enseñando totalmente mis calzones, Ricardo me despertó acariciándome mis piernas y metiendo sus dedos bajo mi ropa interior, cuando desperté, molesta por sus excesivas caricias, todavía me enoje más, cuando vi que nuestro vecino veía todo aquello. Lógicamente, cuando mi madre lo supo, se molestó con ...
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