Mi padre me cuida la verija
Fecha: 21/01/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... la lubricación producida entre ambos, la raja de la muchacha lo recibió anhelante.
El hombre, casado desde hace veinte años y padre de un único hijo de casi la edad de la hembra que tenía enfrente, hundió su cabeza entre aquellos carnosos muslos femeninos.
—Tienes un cántaro de miel entre las piernas —le dijo entre sorbos Don Justo aLa China,y era honesto.
Con libidinosidad y enjundia continuó lamiendo Don Justo por varios minutos aquella abertura.
«¡Qué rica tiene la concha!», pensaba para sí, sabiendo que nunca antes había lamido una tan deliciosa y tan gratamente olorosa.
El maduro pero resistente hombre no paró hasta que hizo explotar ese pozo de jugo lechoso y afrodisiaco.
Don Justo la clavaba de a perrito, haciendo chocar su pelvis contra las voluptuosas nalgas de ella, cuando, sin mayor reflexión, le preguntó:
—¿Te casarías conmigo?
—¿Eh? —emitió Cristina totalmente desconcertada, pues no se lo esperaba.
Ella sólo se había abierto de piernas y de nalgas para recibir el tan ansiado y necesitado placer, cosa que mientras chocaban las carnes de hombre maduro contra hembra joven lo estaba consiguiendo. Pero jamás se habría propuesto conquistar a su propio patrón. Sin embargo, no pudo haber más diálogo entre ellos, ni reflexión alguna en la cabeza de Don Justo, pues un rotundo golpe dio directo en tal cráneo. Había sido un golpazo hecho con una pala.
Sabino aún sostenía tal herramienta mientras veía furibundo a su hija que todavía estaba en ...
... cuatro. Parecía que le brotara espuma de la boca revelando la rabia interna.
—¡Güila desgraciada! —gritó Sabino casi al mismo tiempo que levantaba la pala nuevamente pero dirigiéndose ahora a su propia hija.
El hombre estaba fuera de sí.La China apenas pudo levantarse a tiempo y huir, impulsada más por instinto que por raciocinio. Sin embargo, no tardó mucho en poner su mente a trabajar y así se le ocurrió una idea.
Apenas se topó con otros trabajadores del rancho comenzó a gritar:
— ¡Por piedad, ayúdenme! —gritó Cristina con desesperación.
Los hombres, que recolectaban frutos, voltearon a verla quedando sorprendidos por su desnudez.
—¡Me quiere violar, por diosito santo, ayúdenme!
Como Sabino llegaba con la pala entre sus manos tratándola de atacar, los otros hombres no dudaron y lo retuvieron.
—No le hagan caso, está enferma... está enferma de lujuria —gritó aquél en su defensa.
La China dio la actuación de su vida.
—Mi padre me intentó violar —dijo, y rompió a llorar al mismo tiempo que con sus brazos trataba de cubrir su desnudo cuerpo y se hacía un ovillo.
Los trabajadores, a quienes se les sumaron otros hombres y mujeres cuando notaron el alboroto, inmediatamente se pusieron del lado de la hija a la cual cubrieron como pudieron.
Comenzaron a amedrentar al hombre. Sabino fue víctima del apedreo que muchos de los presentes efectuaron.
Días más tarde, el patrón del rancho ya se había recuperado lo suficiente como para dar testimonio. ...