1. Con dos maduras y más


    Fecha: 02/02/2021, Categorías: Sexo Interracial Autor: Lamata Feliz, Fuente: CuentoRelatos

    Y aquella mujer de rostro joven, pero de cuerpo entrado en años era una de las mejores clientas de mi tío Eusebio. Compraba comida para los fines de semana. Tenía unos 50 años, pero se notaba que se cuidaba mucho, poseía un chalet a las afueras de Liria (Valencia) y ella y una amiga suya en verano iban a disfrutar del sol y la piscina, ella. Se llama Sara para que se hagan una idea era de unos 1,70 rubia teñida, ojos marrones, culo respingón pero relleno, anchita de caderas siempre con su maquillaje y faldas cortas que en alguna ocasión en la tienda mientras descargaba llegué a vislumbrar el tanga que llevaba, de complexión delgada, uñas pintadas de rojo y en verano llevaba unos zapatos abiertos a tiras como los que llevaban los romanos. Tetas normales que dejaban ver un buen canalillo y supongo que no debería llevar sostén dado que muchas veces se le marcaban los pezones que se veían grandes.
    
    En cuanto a su amiga Beatriz una mujer de unos 43 años, más bajita, algo entradita en carnes, pelo castaño, buenos pechos, también se arreglaba bastante, pero ella a diferencia de su gran amiga iba con pantalón, de caderas anchas, pero muy simpática que en ocasiones también venía con Sara a la tienda a comprar. Las 2 eran separadas y las malas lenguas del lugar decían que eran “Muy liberales, de bragas ligeras, que no les costaba nada bajárselas ante una buena polla”. La de veces que me masturbé pensando que Sara me follaba y que Beatriz me hacía besos negros y me sobaba los huevos ...
    ... con la boca acabándome corriendo entre las tetas de ellas dos. Yo rondaba unos 25 años en la plenitud de mi potencia sexual y con el agravio de que tenía bastantes ganas de endiñarle mi polla a Sara y acabar bombeando dentro de ella mientras su amiga me limpiaba con la boca los residuos de semen y flujo de mi falo.
    
    -Hola esta tu tío
    
    -No
    
    -Vaya
    
    -Tenía un paquete para mí
    
    -Si pues debe de estar en el almacén
    
    -Voy a por él.
    
    Ella me siguió y entramos en el almacén
    
    -Señora Sara aquí no veo ningún paquete para usted
    
    -Yo sí.
    
    Al instante me tiró mano a la cremallera y me sacó la polla fuera.
    
    -¡Que hace! -Exclamé con cierto placer.
    
    -Crees que no me doy cuenta de que como me miras y crees que no se los comentarios que hay alrededor de nosotras dos, sé que piensas lo mismo quieres averiguar hasta qué punto podemos hacer de putas.
    
    Yo asentí con la cabeza.
    
    En un instante se metió mi miembro en su boca dulce y labios gruesos rosados mientras succionaba, como un ternero mama las ubres de su madre mientras yo le subía la falda y empecé a bajarle el tanga.
    
    Cuando se lo quité le metí los dedos y froté aquel coño con ansia como un descosido mientras con mi dedo gordo de frotaba el clítoris veía como todo su flujo chorreaba por mis dedos, ella no paraba de mamar mi verga cuando de repente un estallido, un espasmo me sacudió y me corrí en aquella boca madura y con experiencia en esos mismos instantes noté con mis dedos como su útero se contraía también en ...
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