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Adrenalina en las escaleras
Fecha: 07/02/2021, Categorías: Hetero Autor: lovelittlegirls, Fuente: SexoSinTabues
Disponía de pocos minutos para subir a la habitación de mi hijastra y volver antes que alguno de los presentes en la fiesta notara nuestra ausencia. Celebrábamos el cumpleaños número 11 de mi amada Francys quien subió a cambiarse por que otro niño vació un refresco sobre su ropa. Subo y la intercepto justo en las escaleras, sin chance de escapar, contra la pared busco besarla metiendo la mano bajo su vestido. Moviendo la cabeza de un lado a otro evita mis besos y con el tono caprichoso que sólo usa conmigo me reniega que la deje ir, sin dejar de intentar encontrarme con sus ricos labios le susurro suplicándole que acepte; mis dedos habían logrado llegar a su cosita y luego de un par de minutos, Francys cede y nuestras bocas se funden en un intenso beso mientras saco mi pene y bajando sus calzones froto la punta en su ya húmeda vaginita. La diferencia de estatura complicaba un poco la fricción pero no me detuve; su rechazo cambia a resignación y termina entregándose a mis besos y a la sensación que le producía la fricción de nuestros genitales, sus brazos rodean mi cuello y levantándola un poco, me entrego al victorioso momento de ...
... hacerla mía. Mi boca callaba sus ricos gemidos, cuando su cuerpo me dice que ya va a correrse, espero hasta el último instante; sus brazos me aprietan con fuerza, deja escapar un gemido producto de su orgasmo y la sorpresa de sentir que la penetro lo suficiente para que todo mi semen llene su interior. Aún contra la pared, subo sus calzones mientras trato de besarla, rechazándome y molesta susurra: - Por qué hiciste eso? Yo no te di permiso!- - No me molestes si? Perdóname, prometo compensarte- La dejo seguir y voltea para decirme: Quiero un iPad, y sigue. Vuelvo al patio trasero, todos en lo suyo, miro a todo lados buscando a mi esposa y por la espalda escucho a mi amigo de infancia que ofreciéndome una cerveza me pregunta si logré mi cometido. Bebo de la cerveza y evitando eructar le digo: No sólo eso, al fin pude correrme dentro. Mi amigo suelta una carcajada y con perversidad me dice en voz baja: - Pues me debes una, tu esposa quería subir a buscarlos- - Y qué hiciste?- - Pues la llevé al cuarto de lavado y le di su merecida cogida- - Gracias, eres un gran amigo- - De nada, un día de esto tendrás que compartir la nena conmigo-
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