1. Desflore a mi sobrina, la enana.


    Fecha: 26/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    MI sobrina JULY, nació con un problema de enanismo, actualmente, tiene 19 años, mide 1.40 es muy dulce, pechos pequeñitos, turgentes, buena colita. Como todos los veranos viene a mi casa a compartir la pileta, con mi hija LUCIA. Ese sábado, tanto LUCIA como mi esposa, salieron de compras y cuando llegó mi sobrina, yo estaba solo, pasó y nos fuimos a la pileta, me pidió que la acompañara, empujando su flotador, ella boca arriba, pue ver sus pezones redondos desafiantes debajo de la tanga y los hermosos labios de su conchita que se dibujaban en su tanguita. Recorrimos la pileta, hasta que hicimos tope con el escalón, al chocar mi rostro rozó los labios de su concha dibujados en su tanga, ella gimió de placer, seguimos el recorrido y me di cuenta, que ella buscaba hacer tope con el borde de la pileta, así lo hice, llevé mi boca y besé su concha, sobre su tanga, la miré, ella esperaba más, corrí la tanga, y metí mi lengua en su conchita, ella estremeció, arranqué la tanga, y toda mi lengua penetró en su intimidad, su leche caliente corrió por mi boca, su concha era muy cerrada, sus labios muy duros y sus orgasmos despedían chorros de leche muy blanca. La tomé de la cintura y la puse al borde de la pileta, toda mi lengua penetró su ...
    ... concha, ella gemía. Salí de la pileta, me paré a su lado, mi pene de 20 cm x 4 estaba erecto, muy duro, la tomé del pelo y se lo enterré en su boca, comenzó a succionármelo con placer. La llevé hacia una reposera, ella estaba ya toda desnuda, levanté sus piernitas, pude ver su concha, muy pequeña, labios muy duros, la cabeza de mi pene no cabía en ese huequito hermoso, traté de penetrarla, era imposible, ella lloraba y me suplicaba, que no se la metiera, en un descuido, se me escapó y se tiró a la pileta, me arrojé tras ella, la tomé de la cintura, sus pies rodeando la mía, comencé a besar sus pechos, acomodé la punta de mi pene en su conchita, y comencé mi juego, entraba y salía la punta, en un momento ella se echó hacia atrás y se aflojó, la tomé de la cintura e hice fuerza, sentí que su hímen se rajaba, su grito de dolor fue desgarrador, la sangre comenzó a teñir la pileta, mi verga entraba justa y sus labios se pegaban a ella, la llevé a la escalera de salida y comencé a cojerla con locura, ella lloraba de dolor y placer, no pude contenerme y acabé dos veces en su concha. Hoy a cuatro meses de esa locura, ella luce un embarazo, que es nuestro secreto. Su concha sigue cerradita y sus labios duros. Todas las enanas, serán iguales?. 
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