1. Arrepentidos los quiere Dios. (Capítulo 61)


    Fecha: 26/10/2017, Categorías: Confesiones Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    Capítulo 61
    
    Durante la ausencia de Lopetegui, tuve que aguantar carros y carretas las groserías de Ernesto, y lo peor: que José Antonio no sospechara nada, porque varias veces me preguntó que quien era ese fulano que andaba por el Hotel como si fuera el dueño.
    
    Cuando regresó Lope esta misma tarde, y al ver en su rostro la cara del triunfo, suspiré aliviada. Ansiaba por escuchar sus noticias.
    
    Como Ernesto estaba en el salón principal del hall, y desde allí podía observar todos mis movimientos, me dirigí a Lopetegui como si fuera un cliente recién llegado al Hotel. Y a la vez que le guiñaba un ojo, le dije.
    
    --Don Fernando, (No le llamé como siempre porque no quería que Ernesto pudiera asociarle con la policía, ya que, en el mundillo policial, es conocido por Lopetegui) no sabe cuánto me alegra verle de nuevo. Su esposa lleva aquí tres días a la espera que acabara su reunión en Sevilla.
    
    Me salió Sevilla porque quise decir una ciudad lo más lejos de Barcelona; Ernesto no me quitaba ojo.
    
    --Hola doña Manolita, los negocios que me tienen atado. Mi esposa, dando guerra como siempre ¿verdad?
    
    --¡Qué va! Pero si es un cielo de mujer.
    
    --¿Ha llegado correspondencia? Me dijo a la vez que me guiñaba el ojo.
    
    Capté la indirecta al vuelo.
    
    --Sí, don Fernando, en mi despacho tengo tres cartas.
    
    Respiré aliviada, sabía que Lope no me había fallado.
    
    --Manolita, ya puedes ir dando puerta a ese hijo de... y qué me perdone su hermano el Cardenal. Quieres que sea yo ...
    ... el que le mande a tomar por "ahí".
    
    --Pero... ¿Estás seguro? ¿De la cinta ya no queda nada?
    
    --Seguro Manolita, me conoces desde hace muchos años, y sabes de mi eficacia y seriedad. Es más, te puedes recrear y montarle un numerito, pero conviene que sea mañana. ¡Ah! y la copia de la cinta la destruyes, ya.
    
    --Ahora mismo. Pero lo malo que tengo que pasar otra noche con él
    
    --¡Será cabrón...! Dijo Lope. ¡Pero si le puedes "dar puerta" ahora mismo! Ni se te ocurra pasar otra noche con ese pedazo de...
    
    --¡Sí es verdad! seré tonta. Esta noche le "canto las cuarenta".
    
    --¿Cómo se lo vas a plantear?
    
    Le conté la forma de hacerlo, y se mondaba de risa conforme se lo explicaba.
    
    Esperé a la cena, después le machacaría. Y lo iba a hacer con toda la alegría del mundo. Le pedí a Lope y a Antoñita que se sentaran a escasos metros de nuestra mesa, y que me mirara con cara de deseo, para mosquearle.
    
    --¿Quién ese tío que parece que te conoce muy bien, que no para de mirarte, y que le has prestado tanta atención? Me preguntó Ernesto con cara de pocos amigos,
    
    --Es con quien me voy a acostar esta noche, con él y con su esposa, ¿vamos a hacer un trío?
    
    --¡Cómoooo! Puso los ojos como platos. ¡Ni se te ocurra!
    
    --Eso díselo a él. Es el Comisario Jefe de la Policía de Sevilla. Y vienen expresamente a follar conmigo.
    
    --Te la estás jugando Manuela. Conmigo no se vacila.
    
    --¡Ah no! Pues atiende bien, si mañana antes de las doce del mediodía, no has pagado la cuenta y ...
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