Mi historia (Tercera parte)
Fecha: 12/02/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: lilianababko, Fuente: SexoSinTabues
Luego que mi hermano se muda al ganarse una beca para estudiar en el exterior, me encontré sola, por semanas estuve deprimida en silencio sin poder contarle a mi familia el por qué de mi estado, y justo cuando mi padre considera llevarme a un sicólogo, mi madre le explica que todo mi problema era que estaba a punto de desarrollarme, y así fue. A los meses recibo mis 11 años junto a mi primera menstruación y comenzar bachillerato en otro colegio. Los primeros meses de cambios hormonales y físicos fueron de horrible confusión, mi transición de niña a adolescente evolucionó mi ya experimentado pero aún inocente instinto sexual, comencé a comprender y entender muchas, cosas. Desarrollé agudeza para detectar cuando un hombre me miraba con deseo, descubriendo las miradas de los papás de mis compañeras de natación, especialmente había uno que se atrevió a abordarme aprovechando mi amistad con Rebeca, su hija, me ofrecía llevarme a casa y en el trayecto siempre íbamos los tres a tomar helado o comer pizza. Rebeca era gordita, nada atractiva; caprichosa y ñoña. El resto del grupo de natación la aborrecían por sus constantes comentarios de niña mimada y adinerada; yo sentía cierta pena por ella y era la única de las niñas que la trataba y al conocerla supe que en realidad era una chica solitaria y pues terminó siendo mi amiga de los sábados. Diego, su papá, no perdía oportunidad para mirarme discretamente; al principio me incomodaba un poco por temor a que Rebeca se molestara, pero al ...
... poco tiempo esa incomodidad fue desapareciendo al mismo ritmo que aquel hombre fue seduciéndome sutilmente (Al igual que con mi hermano, tuve participación al no mostrar rechazo) y en cada salida sus piropos y comentarios fueron siendo más explícitos. Llegó la navidad y Rebeca se muda con la mamá, sus padres eran divorciados y ella vivía un año con uno el siguiente con el otro. Allí me di cuenta que era tan solitaria como mi amiga, en el colegio sentía que no encajaba, veía a mis compañeras muy inmaduras y quise acercarme a las chicas del último año. En el comedor buscaba sentarme cerca de un grupo que no eran las más populares pero sí las más divertidas; me reía de sus bromas o silente compartía el dolor de cuando alguna terminaba con el novio. Comencé a sentirme muy sola, a diario recordaba a mi hermano y ahora no sólo usaba la almohada, mis dedos también me ayudaban en aquellos íntimos momentos en mi cuarto; pero no era suficiente. Un sábado al llegar a natación sorpresivamente veo a Diego sentado en las gradas, me acerco a saludarlo y emocionada le pregunto si Rebeca vuelve a las clases, notablemente nervioso me responde que no, sólo andaba cerca y había pasado a saludarme; yo de pie frente a él me quedo inmóvil tratando de comprender noto su mirada clavada en mi cosita, ruborizada me volteo y antes de alejarme Diego ofrece llevarme a casa, acepté. Durante toda la clase sólo pensaba en aquella inesperada visita, mi ya comentada agudeza instintiva me decía que aquel hombre ...