1. Las piernitas de mi Profesora - Parte 2


    Fecha: 15/02/2021, Categorías: Anal Autor: LigaLegitz, Fuente: CuentoRelatos

    ... mío. Al terminar le di un beso en sus rodillas y ella a juzgar por su cara disfrutó mucho de eso.
    
    Una semana después fui a su casa otra vez. Ella vive sola, yo también, cero problemas. Vestía blusa blanca y minifalda azul, las botas negras aún no se las había puesto. Entonces, me pidió que yo se las pusiera. Se sentó y lo hice. Nos sentamos y comencé una vez más a acariciar esas piernas tan suaves y sensuales. Con tono provocador al oído me dijo que la golpeara de nuevo para que se desmayara.
    
    — ¿De nuevo? ¿No te dolerá?
    
    — (Tomando mi mano y poniéndola encima de sus piernas) No importa… tú sabes que me gusta sentir que me desmayo… y supongo que te gusta verme desmayada…
    
    — Pues no lo niego, es cierto… — dije la pura y santa verdad.
    
    — ¿Podría primero, darte un beso?
    
    — Si en tu próximo examen sacas la nota máxima, te lo permito… ahora, hazme caer ante ti…
    
    Tenía razón. Le gustaba la sensación de caer desmayada, y me gustaba verla caer. Le pegué en su cara y vi cómo ...
    ... sensualmente ella cayó y quedó tendida en el suelo. Despertó rato más tarde, pero quedaba día por delante. Comencé a acariciar sus muslos con suma fuerza y después hice lo mismo con sus botas.
    
    A la semana siguiente saqué la nota máxima en el examen. Y nos juntamos de nuevo, ésta vez en mi casa. Su minifalda y botas eran color blanco, y su blusa color azul. Nos sentamos en el sofá. Y ella empezó a seducirme de nuevo.
    
    — (Cruzando sus piernas) Me encanta sentir que me las acaricias… y ver cómo me las miras…
    
    — Supongo que tengo que agradecerte por dejarme hacerlo – le dije dándole una palmadita en su rodilla izquierda – y además… tuve nota máxima. Tengo que darte un beso.
    
    — Bueno, sí, pero…
    
    En ese mismo instante le di un fuerte beso en su cara. Primera vez que lo hacía. Quizá le impresionó, pero ella me impresionó más. Se desmayó en el acto, pero despertó en cosa de minutos. No se preocupó por lo que pasó y continuamos… seguí besándola, pero en las rodillas.
    
    Y así pasaron las semanas… 
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