1. La mustia de mi mujer


    Fecha: 17/02/2021, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    -¡Por favor José, aquí no, ya no tarda mi marido, no, no, mejor vienes mañana que él se vaya a trabajar y me metes tu vergota toda la mañana¡ ¿si?-
    
    -¡Esta bien, pero dame aunque sea una mamada que estoy que los tiro mamita¡-
    
    -¡No, si te la mamo no me voy a poder aguantar y me voy a dejar que me la metas, compréndeme negrito, ya me hiciste adicta a tu vergota, aguántate por favor, si te la toco no me va a importar que mi marido nos encuentre así , aahhhh¡-
    
    -No importa, dame una mamada, si tu esposo nos encuentra pues ya ni modo, que sepa quien es ahora tu nuevo dueño ¡ ¡ándale a mamar¡-
    
    -¡Aahhhh, Bueno pues, pero te vienes rápido¡-
    
    Yo oía todo desde la ventana de la sala donde mi mujer y ese enorme negro platicaban para después él tomarla con sus manazas e hincarla frente a él para obligarla a que le mamara su descomunal miembro, la boquita de mi esposa se abría al máximo para tratar de chupar esa monstruosidad de que el negro tenía entre las piernas, yo estaba como clavado al piso viendo como mi mujer le daba tremendos chupetones a esa barra de carne hasta que con un gruñido por parte de ese animal, le empezó a arrojar chorros de blanco y espeso semen a la cara de mi mujer quien permanecía con su boca abierta tratando de tragar el semen de ese maldito negro que caía por todas partes de la cabeza de mi esposa llenándole de semen la cara, el pelo y parte del pecho de ella.
    
    Cuando entré después de unos minutos de espera, ellos se encontraban sentados en la ...
    ... sala como si nada hubiera pasado, mi mujer aún tenía rastros de semen en el pelo que no había alcanzado a limpiar y yo miraba su boca tratando de encontrar rastros de la bestial venida que el negro le había dado.
    
    Estaba confundido porque hasta ese día yo creía que mi esposa erala mujer mas pura y decente que conocía, ya que ambos nos habíamos conocido en una congregación religiosa de la que los dos éramos integrantes y ella era asidua participante en las actividades de la misma, teníamos la misma edad 22 años, ahí habíamos conocido al señor José quien era originario de República Dominicana y contaba con casi 50 años de edad y había venido a nuestro país por cuestiones de la congregación, lo que había visto esa noche que estábamos cenando y sucedió cuando tuve que ir a la tienda a comprar mas vino, me había dejado con mas dudas ya que ellos al parecer no era la primera vez que se veían de esa manera, así que no dije nada y la cena transcurrió de manera normal y espere al siguiente día, los había oído ponerse de acuerdo para el siguiente día así que cuando salí a trabajar muy temprano aprovechando que mi esposa seguía dormida me escondí en la recamara que utilizamos para guardar trebejos y espere a que el amante de mi mujer apareciera.
    
    Como a las diez de la mañana tocaron a la puerta y mi mujer salió a abrir, era el señor José quien llegaba puntual a la cita con mi esposa quien lo recibió apena vestida con el camisón transparente que usa para dormir.
    
    -¡Ya estoy aquí mi ...
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