La amorosa hija (Parte 9)
Fecha: 23/02/2021,
Categorías:
Confesiones
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
“Amorcito, papi me mandó por un tubo cuando le quise hacer citas con el padre y el médico”, le dijo Estela a Mark cuando regresó a casa la primera noche en que su suegro estaba con ellos en Houston.
“¡Se defendió hasta enojado!”, continuó Estela, con expresión de asombro en su cara.
“Ha hablado con Anne 3 veces hoy nomás”, continuó.
“Quizá si exista algo entre ellos”, dijo Mark.
“¿Quizá?”, preguntó Estela. “¡Estoy segura que son amantes, querido! ¿Qué no lo platicamos ya?”, dijo, con tono de notoria molestia.
“Seguiré al pendiente de sus llamadas. Todas las hace de su celular. Veré la forma de confirmar algo que ya sabemos”, continuó Estela determinada a exponer a su hermana y a su padre.
“Bueno amorcito, no te pengas en ese plan. Quizá hablan de otras cosas. Don Tomás no tenía planeado que lo trajeras aquí”, dijo Mark a manera de tranquilizarla.
“¡Que son amantes, entiéndelo!”, insistió Estela algo molesta, “¡pero jamás lo van a aceptar!”.
“Tiene que existir la manera de descubrirlos amor”, continuó ella con enfermiza insistencia.
“Si son amantes”, comenzó Mark, “déjalos ser. Es lo mejor no meternos en la vida de los demás”.
“¿Estás loco querido? ¿Crees que puedo vivir muy a gusto sabiendo que mi padre está teniendo sexo con mi hermana? ¿Se te hace muy normal?”, dijo Estela.
“¡Y me extraña de ti que ahora me salgas tan respetuoso!”, dijo casi gritándole.
“Llegaré hasta las últimas consecuencias”, aseguró amenazante Estela, ante la pasiva ...
... postura de Mark.
“¡Es un pecadazo, una aberración! ¿Cómo pudo pasar en mi familia?”, continuó hablando.
“Papi estará con nosotros una semana. Tenemos que buscarle una novia que lo distraiga, hacer algo, sin que se nos venga abajo. Nos quedaremos con él el tiempo que sea necesario. Hablaré con el padre… no sé, buscaré algún grupo como alcohólicos anónimos que sea de incestuosos anónimos o algo por el estilo…, ¡pero, aunque lo haga, esta zorra maldita seguirá aprovechándose de él! ¡Puta, puta… desgraciada!”, gritaba fuera de control, con tono de desesperación y derrota.
“¿Cómo es posible que Raúl no se dé cuenta, o le gusta que le pongan los cuernos de la manera más obvia? ¡Ni modo que no sospeche!”, continuó alimentando su odio. “¡Es un pendejo Raúl!”.
Mark salió del cuarto dejando a su mujer hecha una furia. Le fue difícil disimular sus sentimientos frente a su padre, haciendo una situación difícil aún más incómoda. La semana fue eterna.
La mañana siguiente después de desayunar y despachar a los hijos a la escuela, Estela puso su laptop en la mesa de la cocina. Tomás salió a caminar y duraría como una hora.
“Investigadores privados en México”, escribió en el buscador. Refinó la búsqueda a su ciudad natal, y anotó algunos nombres y teléfonos de firmas que se decían especialistas en infidelidades.
“Es para investigar a mi cuñada que le está siendo infiel a mi hermano”, dijo, al entablar conversación con un especialista en México, alterando el orden de los ...