1. NUESTRO VIAJE MÁS PLACENTERO


    Fecha: 05/03/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... llegamos a la estación nos sorprendió ver que no había demasiada gente, los que parecía que iban a coger nuestro autobús no debían pasar de diez; cuando le pregunté dónde prefería sentarse, tras ver que el resto de la gente se había acomodado en la zona delantera o media del autobús, me tomó de la mano y me fue conduciendo a la zona trasera, a las últimas filas. El hecho de que no hubiese nadie sentado detrás, posibilitó que diéramos una inclinación total a nuestros asientos, así podríamos descansar un poco. Era agradable estar así, medio tumbados en un bus de transporte interurbano, ajenos al resto de viajeros, a pesar de estar en un mismo espacio; nos besamos tiernamente, realmente nos gustaba alimentarnos continuamente de nuestros besos. Ella tomó mi mano y la condujo hacia su blusa, situándola sobre uno de sus pechos; no desaproveché la ocasión y comencé a juguetear por encima de su blusa, apretando suavemente su pecho con la mano. Ella respondió besándome cada vez más apasionadamente, la viscosidad de su saliva me indicaba que su excitación se iba acrecentando por momentos. Paulatinamente, mis dedos fueron entreabriendo la blusa, dejando entrever un precioso sujetador negro con flores rojas, el mismo que llevaba puesto la primera noche en que hicimos el amor. Las caricias eran cada vez más íntimas, mis dedos se colaban por debajo del sujetador, lo que me posibilitó disfrutar de su pezón erecto.
    
    A partir de ese momento ya no hubo vuelta atrás, el autobús había ...
    ... salido ya de la estación, dando comienzo al viaje más placentero que he tenido en mi vida. Mi mano comenzó a bajar por su vientre hasta alcanzar sus piernas, me encantaba la suavidad de su falda, y lo fácil que resultaba deslizarla por encima de sus medias. Me aseguré de que ninguno de los viajeros estuviese mirando y deje que mi mano se deslizara por debajo de la falda, deseando entrever su tanga negro, a juego con el sujetador, conformando ambos un precioso conjunto de ropa interior. Note su calidez por encima del tanga, mientras sentía que su respiración era cada vez más agitada; se revolvió en el asiento, deseosa de facilitar el acceso de mis dedos entre su ropa interior… Logré colar mi mano por debajo de sus medias y del tanga, y mis dedos comenzaron a percibir cómo su sexo se iba entreabriendo, noté cómo su humedad iba inundando la zona, lo que provocó que, junto con sus besos apasionados, mi excitación también fuese en aumento. Ella quiso sentirla, y acarició mi sexo por encima del pantalón, notando un bulto que cada vez era más visible; eso provocó que la humedad que inundaba su sexo fuese todavía a más, mis besos apasionados, así como la forma en que mis dedos acariciaban su clítoris y en ocasiones se adentraban ligeramente en su sexo, hicieron que ella comenzase a gemir muy suavemente, consciente de que corría el peligro de que cualquiera pudiese oírla. La velocidad y la presión con la que mis dedos acariciaban su sexo iban en aumento; a pesar de que ella se mordía la ...