De chico a puta: Me gusta chupar penes
Fecha: 05/03/2021,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Tugatito, Fuente: CuentoRelatos
... que vi como dos hombres se besaban en directo. En el fondo me reconforto, allí todo el mundo iba a lo mismo que yo, y había dejado de ser así el raro entre los normales. Yo, no pude hacer otra cosa que ir a la barra, donde estaban los hombres sin pareja, algunos charlando, otros disfrutando de una bebida en solitario. Pero eso sí, había una cosa en común, todos miraban, miraban con los mismos ojos que te mira el diablo cuando quiere atarte y clavarte una lanza.
Pedí un refresco, y me mantuve en la barra más de media hora, sin saber qué hacer, simplemente mirando a mi alrededor. Hasta que de repente, un hombre se acercó a mí. No os puedo decir la edad, ya que es la clase de persona que no sabes si es joven y está mal conservado, o si es joven y llevaba muy mal los años. Si tuviese que decir una edad, diría que rondaba en torno a los 35-40 años. Se llamaba Fernando, y tras introducirse a mí como tal, comenzamos a entablar una conversación. Las preguntas se sucedieron:
-¿Cuántos años tienes?
-¿Es la primera vez que vienes?
-¿Lo sabe tu familia?
-¿Qué estás buscando?
-¿Me das tu número?
-¿Eres virgen?
Mil y una preguntas, en las cuales tuve que mentir en la mayoría, especialmente diciendo que hacía tiempo que perdí la virginidad, cuando como ya sabéis era completamente falso. Una cosa llevó a la otra. Al final de la conversación, cuando ya no había más que preguntar, lanzó su ataque final. Puso una mano sobre mi rodilla, y acariciando mi muslo me ...
... preguntó.
-¿Quieres carne?
Carne, probablemente hubiese habido mil formas mejores de preguntarle a alguien si quería algo contigo, y sobre todo, menos bruscas. Pensándolo ahora, no era el hombre más guapo del mundo. Yo provenía del mundo heterosexual, y no tenía una idea de lo que significa que un hombre sea guapo o feo. Pero la verdad, no me importaba. A lo largo de este tiempo, me había dado cuenta de una cosa, me daba igual el físico, me daba igual si era una persona musculosa o no, si olía mejor y peor, incluso algo que puede parecer extraño, me daba igual si sentía placer al ser penetrado. Mi placer no era físico, era mental. Lo que a mi me daba realmente placer, era sentirme utilizada por un hombre. Me daba placer, saber que yo era su hembra, ver a un hombre con ansia y saber que esas ansias eran provocadas por sus ganas de penetrarme, me daba placer, pensar (aunque esto pueda parecer un poco macabro) que era su recipiente, el lugar donde el descargaría todo lo que lleva acumulado. Así pues, asentí con la cabeza, tras lo cual terminó besándome. Mi primer beso con un hombre.
Fue una sensación agridulce. Su cara era áspera debido a la barba corta de dos días, y su aliento no era muy agradable. Pero bueno, eso era lo de menos, estaba besando a un hombre. Fue distinto a como había imagina, y es que, a pesar de todo, no sentí nada, nada salvo una sensación de alivio, como cuando un niño tiene su primera novia en el colegio. Lo había conseguido. Por supuesto, la cosa no se ...