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Iniciándose en el shopping 1: Encuentro en el baño
Fecha: 08/03/2021, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
Lucas era un porteño típico. Le gustaba sentarse en un bar con un amigo, a tomar café y arreglar el mundo o discutir a muerte si Messi sí o si Messi no. Pero claro, por hacerse el moderno y el metro sexual, cambió su viejo bar de gallego por el patio de comidas del shopping del barrio X. Le encantaba pasarse dos o tres horas, con su novia, o con amigos, con un taza del humeante brebaje o un par de long neck de birra y unos maníes viendo pasar la vida, ligándose algún pellizcón de la novia cuando la vida pasaba con un buen par de tetas o un culo voluptuoso. Tenía 32 años, era empleado público y estaba bastante bien, alto, delgado, pancita apenas, barbita rala, buenas gambas de jugar al futbol, culo duro y parado, vello asomando por el cuello de la camisa, un tipo común, pero también un lindo macho al que nunca le faltaron minas. Su familia era del interior de la provincia, así que vivía solo en un lindo depa de Capital. Una de esa veces, luego de varias birritas, le dieron muchas ganas de orinar. Siempre iba al baño general y grande del shopping, pero esa vez se le ocurrió ir a uno más cercano, que estaba en una de las esquinas del local, pequeño y medio escondido en una especie de entre piso. Entró, sólo un lavatorio, tres mingitorios y dos boxes. Un tipo de cuarenta y pico, traje gris, corbata azul, bastante feo, estaba en el mingitorio más cercano a la pared, curiosamente bastante alejado del aparato, por lo que se veía un buen trozo de su pija oscura y gruesa. Tal vez ...
... premonitariamente, Lucas siempre tuvo curiosidad por saber "cómo son la de los otros", por lo que sus ojos pasaron discretamente por su herramienta, por pura curiosidad, nada más. Se puso a mear en el primer mingitorio, un poco avergonzado por su indiscreción, mirando sólo el chorro que salía de su linda pijita. Una carraspera intensa que vino de su derecha le hizo voltear la cabeza, su vecino se había alejado más del mingitorio y ahora le mostraba completamente su verga, su cabezota marcada y la piel sobrante que indicaba que parada debía ser de temer. No supo cuánto tiempo se la miró, pero al fin sonrojado volvió a la suya, la sacudió adecuadamente, la guardó y volvió apurado a la mesa donde lo esperaba la novia. -Vamos?-, le dijo en tono perentorio. En el acto salieron para el estacionamiento. Lucas se sentía raro, una extraña calentura lo estaba invadiendo. Apenas entraron al auto, sin aviso la agarró a Judith, así se llamaba, le zampó un beso como para romperle la boca y comenzó a manosearla. Judith, algo asombrada, respondía tibiamente. -Vamos al telo amor?- Fueron. La desnudó desesperado, le mordió los pezones, la chupó toda y en cinco minutos, entre gemidos mutuos, le llenó la concha de leche. Pero seguía caliente, más que antes, no entendía que le pasaba, la vagina de Judith, que siempre había sido su inacabable fuente de placer, no le alcanzaba. Por primera vez la dio vuelta, sin pedirle permiso, le escupió en el ojetito cerrado y se la mandó a guardar, la mina gritó, y ...