1. Naturaleza helada


    Fecha: 09/03/2021, Categorías: Infidelidad Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... hembra y femenina.
    
    Rómulo la observaba masturbándose un poco. Ella levantaba la cabeza cada poco tiempo mirando de reojo. Mientras más se demoraba su hijo más caliente y perra se sentía, y más descaradamente movía sus caderas y trasero. Buscando polla.
    
    Eva notó como por fin se aproximaba por detrás. Por entonces sus piernas y el sofá estaban totalmente empapados, no recordaba haberse mojado tanto jamás en su vida sexual. Sin duda le entusiasmaba la idea de ser sometida por su hijo, al margen de lo que le excitaba la fuerza de sus músculos y, sobre todo, el ser merecedora del pene más colosal que jamás había visto.
    
    Notó como las manos de su hijo abrían sus nalgas, seguramente para ver bien todo lo que allí había. Agachó la cabeza y disfrutó del momento de saberse observada por su hijo. Éste pudo ver un coño perfectamente cuidado y un ano igualmente tratado, sin rastro de pelos. Se arrodilló y pasó la lengua por él, mientras sus manos sostenían las nalgas abiertas para facilitarle la labor. Notó como su madre se estremeció al sentir la humedad de su lengua justo ahí. La movió alrededor del ano e intentó meterla sin éxito. Una de sus manos palpó el húmedo coño mientras la otra mantenía la nalga separada. Luego colocó su dedo índice en el ano de su madre y lo metió poco a poco. el culo de su madre se abrió hasta poder meter el dedo entero. Con el dedo ahí, follando, se agachó un poco más y metió su cara dentro del coño, pasando vivamente su lengua entre los labios y ...
    ... chupando todo el flujo.
    
    Cuando se separó su cara estaba totalmente empapada. Se limpió con el antebrazo y se colocó detrás dispuesto a follar. Cuando Eva sintió las manos de su hijo agarrando sus caderas supo lo que llegaba y se movió acercando su trasero a su paquete mientras gemía de forma constante como una perra en celo.
    
    Quería la polla de su hijo rompiéndole el coño cuanto antes o iba a enloquecer.
    
    - Venga machote, rómpele el coño a mamá. No tengas miedo. Dame fuerte, ahora soy tu perra.
    
    Las palabras animaron a Rómulo el cual colocó el infinito capullo en la entrada del coño y, volviendo a agarrarle por las caderas, la penetró a fondo empujando fuerte hasta dejarla totalmente ensartada en el infinito palo grueso que tenía por polla. Su madre gritaba y gemía por igual, haciendo desaparecer de nuevo a Mozart.
    
    Vanesa dejó las bolsas en la entrada de su casa y se acercó cautelosamente hasta el jardín de su vecina Eva. Cuidadosamente llegó hasta el ventanal del salón y se asomó preocupada por aquellos gritos. Cuando por fin entendió lo que estaba viendo sus ojos se abrieron a la par de su boca y se pellizcó para comprobar que aquello no era un sueño.
    
    Su vecina estaba a cuatro patas sobre su caro sofá del que tanto presumía y, por detrás, su hijo la follaba con fuera y rapidez. Pudo ver la cara de gozo de su vecina y notó como la polla de su hijo era enorme cuando en el movimiento de retroceso solo podía ver carne y más carne hasta que asomaba el capullo justo ...
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