1. Siempre que necesites confesar tus pecados


    Fecha: 10/03/2021, Categorías: Anal Gays Tabú Autor: samy15, Fuente: xHamster

    ... lo acaecido, le pedí encarecidamente que me dejara a solas con su hijo. Ella se marchó a su casa, no sin antes aconsejar al chaval que me hiciera caso en todo lo que yo le aconsejara, pues según su opinión, me consideraba un hombre sabio y bondadoso, cosa que le agradecí.El chico era muy atractivo, y se podía ver que debido a su juventud, algo ingenuo también. Había salido de su casa, arrastrado por la histeria de su madre, a todo correr. Así que el muchacho vestía tan solo unas zapatillas deportivas sin calcetines, unas bermudas a cuadros, y una ligera camiseta verde de manga corta.Por alguna extraña razón, yo me sentía perturbado al imaginarme, en mi cabeza, la escena que tan detalladamente me había descrito su madre. Y verle aquellas largas y lampiñas piernas, y el ancho torso con los pezones marcados en tan escueta tela, me enajenó mentalmente.Mi primera intención al hablarle, fue convencerle de que los actos cometidos en su habitación eran abominaciones y que debía dejar inmediatamente de realizarlos, sin embargo, la infinita ingenuidad del joven me desarmó totalmente.La simpleza de sus contestaciones y la falta de malicia me pusieron a una situación, que ni yo mismo me esperaba: - Pero hijo mío, ¿cómo has llegado a cometer actos tan impuros?- Le dije yo. - Padre, todo empezó hará un año. Estaba sentado viendo internet y me salió una página de esas con mujeres y hombres desnudos, y la mujer le estaba haciendo cosas…- Me contestó el chico con simpleza. - ¿Cosas, qué tipo ...
    ... de cosas?- Le volví a interrogar - Pues verá Padre, ella lamía su trasero con cara de vicio, mientras él le decía, así me gusta, que metas tu lengua, más adentro, y después ella le metía los dedos por el culo a él y el hombre del vídeo gemía y suspiraba, y a mí me ponía muy excitado y no podía dejar de mirarles y de tocarme, Padre- El muchacho me respondió a punto de echarse a llorar. – Desde ese día, me acaricio todo mi cuerpo, sobre todo mi trasero, y me introduzco mis juguetes sexuales, que compré en una tienda de sexo, a través de mi ordenador. - Las relaciones del hombre y la mujer deben de ser únicamente para procrear, hijo.- Como cura, ese es el discurso que mecánicamente les suelto a las parejas que tienen problemas maritales. Pero el hijo de la señora de Castillo no lo entendía así. - ¡Pero Padre! Si Dios únicamente quisiera que tuviésemos hijos, ¿por qué me resulta tan gozoso y placentero masturbarme metiéndome los consoladores, bolas y plugs por el ano?- Me preguntó con los ojos llenos de lágrimas.Ante su excitante relato, y sin yo quererlo, notaba una terrible presión en mis pantalones. A mi cabeza no dejaban de venir las imágenes, de ese inocente niño experimentando con su cuerpo y gozándolo. - ¿Pero tanto te gusta, hijo mío?- Le pregunté acercando mi mano a su muslo y dejándola allí más tiempo de lo apropiado, sintiendo la tibieza de su lampiña y tersa carne. - Me sabe a gloria bendita, Don Félix. Al principio me costó un poco y sentía m*****ias cuando me metía ...
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