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La madura quería algo más duro
Fecha: 10/03/2021, Categorías: Gays Autor: viagraman, Fuente: CuentoRelatos
... viaje. Salimos como a las 8:00 pm ya bien comidos y encima unas copas de vino. Al salir ella vio a un vendedor ambulante que vendía verduras. Fue a él y pidió unos pepinos y zanahorias. Me extraño ya que no tenía la mejor idea como se los iba a comer en tan poco tiempo. No los podría pasar a USA. No le dije nada. Escogió de varios tamaños, pero al agarrarlos me miraba de arriba hacia abajo. Me puse un poco nervioso. Caminamos y pasamos frente a una tienda de velas. Que ya estaba a punto de cerrar. Compro unas velas largas y gruesas. -Estas cosas que compre son mis pasatiempos y mis consoladores en mi soledad. -Me dijo- Más ahora que me voy a quedar sola en un motel baratucho porque no me alcanza y mañana debo pagar la compostura del carro. Le ofrecí que se podía quedar en la habitación y que sería respetada ya que había dos camas y la habitación ya había sido pagada. Me sonrió y me agradeció dándome un beso en la mejilla. Al llegar al hotel, subimos a la habitación. Acomodo los pepinos en la mesa de centro, me pidió que si podía darse un baño le dije que sí y mientras tanto ya traía sed y abrí la cantina de la habitación. Busque dos copas y saque vino y otras botellas y refrescos por si deseaba ella tomar algo. Puse algo de música en la radio y prendí la televisión. Salió envuelta en toalla y busco sus cosas. Yo le dije que escogiera la cama que quisiera y que yo me iba a arreglar para descansar. Entre al baño a hacer mis necesidades, bañarme y ...
... alistarme para descansar. Al salir ella estaba frente a sus pepinos y zanahorias. Tenía una especie de loción que estaba untándoselos y dos de las velas delgadas ya estaban prendidas y las más gruesas hacía con ellas misma operación que con los vegetales. No dije nada. Me acosté en mi cama y me puse a leer el periódico y a revisar mis cámaras para mi trabajo del día siguiente. Ella se acostó y llevo consigo sus vegetales y velas a la cama. Me dijo “Buenas noches”. Me recosté y como a la hora ya medio dormido escuchaba entre las sabanas un gemido de dolor y placer. Me levante y me acerque a ella y le pregunte si estaba bien, ella volteo y me recibió con una sonrisa. Destapo las sabanas y un tremendo pepino estaba dentro de su vagina. Ese era su consolador en las noches de soledad. Me pidió que se lo metiera y sacara. Cuando la vi tan caliente se me empezó a poner duro mi pene. Ella lo noto. Lo toco y me dijo, “no, necesito algo más duro”. Me dio una zanahoria y me dijo “me ayudas a metérmelo en el culo”. Entonces empecé a trabajar con mi técnica de masaje y relajamiento. La empine a medio cuerpo en la cama. Empecé a darle masaje desde el cuello y la espalda con su misma loción. Su piel esa suave que no me toco otra opción que empezar a besarla desde la punta del cuello hasta el orificio de su culo donde con mi dedo pulgar empecé a dilatarlo. Mi otra mano ayudaba a empujar y sacar el pepino como si fuera una verga gigante. Mi lengua entro en acción para dilatar ...